El 20 de octubre de 2011 será recordado por Luis del Rivero como uno de los más amargos de su trayectoria profesional. El ingeniero murciano que quiso cambiar el rumbo de Repsol acabó destronado de Sacyr, la empresa que fundó junto a dos amigos, y sin el respaldo de su hasta ahora mano derecha, Manuel Manrique.

La composición del gobierno de Rajoy, que con toda probabilidad saldrá el próximo 20 de noviembre de las urnas, es uno de los temas más recurrentes de las tertulias de programas de televisión y en los círculos políticos más enterados. En ese ejercicio especulativo, la conformación del área económica del gobierno es el gran enigma del cuaderno azul de Rajoy. Enigma que persigue a todos los presidentes de Gobierno, pero que, en este caso, está precedido de una importante fase de suspense.

Aunque era previsible la decisión del Consejo de Administración de Repsol, lo acontecido ayer incorpora elementos inquietantes para los intereses de Luis del Rivero, en el intento de toma de control conjunto de Repsol por parte de Pemex y Sacyr Vallermoso y su acuerdo de accionistas.

Las autoridades rebeldes libias consideraron que en dos o tres semanas la producción de crudo del país se reanudará, pese a que en la mayor refinería, la de Ras Lanuf, no se podrá retomar la actividad hasta dentro de un par de meses por los daños causados durante la guerra.