Fundación Renovables defiende una reforma en profundidad del sector eléctrico con una factura progresiva en función de la energía consumida
Redacción.- La Fundación Renovables reitera las propuestas contenidas en su informe Escenario, políticas y directrices para la transición energética, documento en el que desarrolla las directrices fundamentales para culminarla “con éxito y a tiempo”. Además, hace un repaso a la evolución de este proceso, que considera “ineludible y urgente en nuestro país” y enjuicia los diferentes textos legislativos nacionales y europeos que tienen relación con él y con los objetivos climáticos.
El objetivo de este nuevo informe es sentar las bases que permitan entablar un diálogo y procurar un consenso que abra el camino para implantar una nueva cultura de la energía ante la emergencia de actuar. El documento insiste en que la transición energética hacia un modelo que cubra la demanda final 100% con renovables para 2050 es “urgente e ineludible y una oportunidad para transformar el modelo económico y el tejido productivo nacional”. En este sentido, considera que se debe aumentar la estrategia climática presentada por el Gobierno, con una factura eléctrica progresiva según la energía que se consuma.
El presidente de la Fundación Renovables, Fernando Ferrando, ha reivindicado una Vicepresidencia de Sostenibilidad y ha insistido en la necesidad de alcanzar un Pacto de Estado que dé prioridad a la energía como “un bien común, escaso y de primera necesidad y que responda a una hoja de ruta consensuada a largo plazo sin pérdida de exigencia”. “La actual situación de emergencia climática convierte en urgente la actuación sobre las ciudades donde vivimos más del 80% de la población y que tienen graves problemas en la calidad del aire. El entorno urbano es el motor para el cambio que debe otorgar a la ciudadanía un papel principal y permitirle poder gestionar y elegir cómo consume o produce la energía”, apunta.
Este nuevo informe presta especial atención al medio rural, proponiendo también un paquete de medidas que ayuden a incorporar las renovables como elemento de generación de valor e implantar un desarrollo más sostenible, adaptado a la climatología y a la disponibilidad de recursos. Las directrices que propone la Fundación Renovables están organizadas en 4 líneas de análisis: energía y sociedad; energía y territorio; energía como generadora de valor y transversalidad.
La Fundación Renovables propone abrir un debate social y político para consensuar una nueva forma de relacionarnos con la energía (relaciones sociales, productivas, empleo, transporte, vivienda, ocio, etc.) que nos permita “mantenernos dentro de los límites sostenibles del planeta de acuerdo con un principio de prioridad de usos y estableciendo un calendario de sustitución de las energías no sostenibles por las que sí lo son”.
La Fundación propone actuar sobre la demanda en una triple dirección: eficiencia, electrificación y renovables, promoviendo la gestión de la demanda de energía con el objetivo de que el consumidor asuma su corresponsabilidad y se convierta en un agente activo del sistema energético. Ofrece también una serie de propuestas para avanzar hacia el acceso universal a la energía y solucionar el problema de la pobreza energética a través de la creación de tarifas sociales adaptadas en función del nivel de renta; el desarrollo de un plan de rehabilitación de viviendas vulnerables y la consideración de la electricidad como servicio público.
Las nuevas formas de organización energética, como el autoconsumo, son otro pilar del cambio. “El autoconsumo, además de empoderar al consumidor y facilitar el paso de un modelo centralizado a uno más distribuido, supone una importante diversificación de recursos y de actores empresariales ligados al territorio y a la pequeña empresa”, reivindican. Para esta actividad la Fundación propone un objetivo específico del 10% de la energía eléctrica generada en 2030 y del 20% y el 30% para 2040 y 2050.
La Fundación propone orientar los desarrollos urbanos y procesos de urbanización con criterios de sostenibilidad energética de manera que mejoren la cohesión social y la calidad de vida y del aire. “Hay que recobrar la dimensión humana de las ciudades y la idea y escala de barrio, así como poner en el centro a las personas y apostar por la recuperación del espacio público”, aseveran.
En cuanto al sector agrario y ganadero, el informe defiende la electrificación con renovables a través de: autoconsumo y generación distribuida, comunidades energéticas, sociedades de promoción energética mixtas entre agricultores y administración; funcionamiento con energías renovables de todas las instalaciones de riego y ganaderas; sistemas de digestión para el tratamiento de residuos ganaderos en instalaciones extensivas y rehabilitación energética. Todo ello evitando cambios de uso del suelo que conduzcan al abandono de suelos fértiles por instalaciones de producción de electricidad.
El informe defiende una gestión forestal sostenible que emplee la biomasa como fuente local para fines energéticos en el medio rural y reclama una Ley de Silvicultura Sostenible que tenga un carácter finalista y visión estratégica. Los ayuntamientos deben tener capacidad legal para desempeñar el papel que han asumido en todo este proceso. Para potenciar su labor, la Fundación Renovables reclama modificar la Ley Reguladora de las Bases de Régimen Local, de modo que se aumente su capacidad de actuación.
La Fundación Renovables defiende un modelo de movilidad urbana bajo en carbono, con cero emisiones de gases contaminantes, más inclusivo y económico, en el que se priorice la accesibilidad a los bienes y servicios frente a las necesidades de movilidad motorizada. En este modelo, los peatones, las bicicletas y el transporte público colectivo son elementos esenciales. Asimismo, apuesta por la implantación de los vehículos eléctricos, mayoritariamente para uso compartido y con capacidad de intercambio activo con la red de suministro. En cuanto a la edificación y rehabilitación propone actuaciones que contribuyan a la rehabilitación energética y mejora de la habitabilidad del actual parque inmobiliario, muy intensivo en recursos materiales y energía durante la fase constructiva.
El informe de la Fundación Renovables incide en el hecho de que la transición energética es una oportunidad para crear una industria de la eficiencia y la generación renovable. Abre líneas de actividad tanto para la industria de bienes de equipo como para la prestación de servicios en sectores como el de la eficiencia energética, la instalación de sistemas de generación centralizada renovable o el autoconsumo. La Fundación también ve necesario el aprovechamiento de procesos disruptivos. Estos procesos se derivan de la reducción de los costes de la fotovoltaica y las baterías y de la capacidad de generar valor. Asimismo, apuesta por erradicar los combustibles fósiles, el cierre de las centrales de carbón y nucleares.
Una de las grandes herramientas a favor del cambio debe ser la fiscalidad. El informe apuesta por una reforma fiscal en profundidad que permita modificar, mediante señales adecuadas de precio, los hábitos de consumo de energía y, por tanto, la cobertura de nuestras necesidades energéticas. La política fiscal que defiende en materia energética debe ser activa y finalista en cuanto al gravamen de prácticas no deseables y fomento de las más sostenible, según el principio de que “quien contamina paga”.