La Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA) apunta al desarrollo de la geotermia como clave para la industria alimentaria

Redacción.- Como fuente principal de generación de energía global, el progreso de las energías renovables en la última década ha sido rápido. En 2018, las energías renovables representaron alrededor de una cuarta parte de la electricidad global y alrededor del 16% del uso total de energía final. Su crecimiento ha superado al de todas las formas de generación de energía tradicional en los últimos cinco años y ha atraído una inversión global de alrededor de 1,5 billones de dólares en los últimos seis años.

Sin embargo, menos avanzado es el grado en que se utilizan las tecnologías renovables para desbloquear las barreras que inhiben la realización de la agenda de desarrollo sostenible. Terminar con la pobreza, mejorar la salud humana, lograr un crecimiento económico sostenible y abordar los problemas de seguridad alimentaria y del agua son solo algunos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que las energías renovables pueden apoyar. De hecho, un informe lanzado por el Grupo Asesor Técnico de ODS en julio de 2018 destacó que «la energía moderna ofrece muchos beneficios. La energía no es útil en sí misma: solo es útil en la medida en que proporciona los servicios deseados e impulsa las acciones».

Poner fin al hambre y la desnutrición y crear sistemas sostenibles de producción de alimentos, son objetivos que las energías renovables pueden ayudar a alcanzar. La producción de alimentos es intensiva en energía y alrededor del 30% del consumo mundial de energía se utiliza para producir, procesar y distribuir alimentos. La descarbonización del sistema energético de la industria puede ahorrar dinero, impulsar el desarrollo local y contribuir a la mitigación del cambio climático. También puede reforzar la seguridad alimentaria, un desafío cada vez mayor: actualmente una de cada nueve personas en el planeta tiene hambre.

Una publicación reciente de IRENA, Accelerating geothermal heat adoption in the agri-food sector: key lessons and recommendations, destaca que si bien la energía geotérmica es predominantemente conocida por la generación de energía y la calefacción urbana, puede servir como una fuente de energía sostenible y efectiva para la producción de alimentos proporcionado calor a los invernaderos y estanques de acuicultura. Además, la energía geotérmica se puede utilizar para minimizar las pérdidas posteriores a la cosecha secando y refrigerando los alimentos.

Además de aumentar la seguridad alimentaria, la energía geotérmica en el sector agroalimentario puede reducir la dependencia de los combustibles fósiles, la exposición a precios volátiles y las emisiones nocivas. La publicación sugiere que varias aplicaciones geotérmicas en el procesamiento de alimentos y la agricultura requieren bajas temperaturas y, por lo tanto, se pueden implementar en áreas donde los recursos geotérmicos no serían adecuados para la generación de energía eléctrica.

Un potencial aún sin explotar

Sin embargo, el potencial geotérmico global permanece sin explotar. Actualmente, su capacidad instalada total en la generación de energía eléctrica es de alrededor de 14 gigavatios (GW), una cifra que se eleva a 70 GW cuando se incluye el uso de calor geotérmico. Sin embargo, el potencial en todo el mundo permanece en gran medida sin explotar. «La incertidumbre política, la escasez de profesionales calificados, las preocupaciones ambientales, las brechas regulatorias y la falta de desarrollo de infraestructura de transmisión de larga distancia, impiden la adopción más amplia de la energía geotérmica», advierten los miembros de la Alianza Geotérmica Global, una iniciativa diseñada para apoyar el desarrollo de marcos habilitadores efectivos para el despliegue geotérmico.

Un objetivo clave de la Alianza es aumentar el número de países y regiones capaces de beneficiarse de los recursos energéticos geotérmicos autóctonos y de ese modo apoyar sus objetivos de desarrollo económico y social. Su aplicación en la cadena agroalimentaria es una de ellas. El informe de IRENA se basa en lecciones globales y mejores prácticas para recomendar factores clave para expandir el uso geotérmico en el sector agroalimentario.

Un ejemplo de progreso es Islandia, donde la interacción entre la energía geotérmica y el desarrollo económico es quizás más visible que en cualquier otra parte del mundo. La energía geotérmica abundante y de bajo coste ha ayudado a Islandia a crecer como una floreciente historia de éxito económico europeo. Su aplicación ha estimulado la actividad manufacturera, alentado la creación de nuevas tecnologías y desempeña un papel clave en la horticultura, agricultura y pesca nacionales.

Sin embargo, la energía geotérmica para aplicaciones agroalimentarias puede desplegarse más allá de las áreas geotérmicas tradicionales como Islandia. En los Países Bajos, por ejemplo, los recursos geotérmicos a baja temperatura están contribuyendo a un pilar principal de su economía: la horticultura. Allí, el uso del calor geotérmico ha aumentado constantemente durante más de una década gracias a políticas específicas.

Islandia y Países Bajos sirven como ejemplos para los mercados emergentes de calor geotérmico, donde también se está comenzando a desarrollar un gran potencial. Kenia, por ejemplo, que tiene una larga tradición de energía geotérmica, ha apoyado un gran proyecto comercial de invernadero geotérmico. Recientemente, el país instaló nuevos proyectos piloto para el calentamiento de invernaderos, la pasteurización de la leche y el calentamiento de estanques de acuicultura, y se ha identificado un mayor potencial para el procesamiento de carne, leche y miel, así como para la conservación y almacenamiento de cultivos poscosecha. México, potencialmente otro gran mercado geotérmico, ha desarrollado una hoja de ruta para acelerar el despliegue de calor geotérmico para usos productivos.