Agitación necesaria frente al proyecto de Ley

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Si, una vez celebrada la rueda de prensa en la que Soraya Saénz de Santamaría y José Manuel Soria presentaron el bodrio del Anteproyecto de Ley de medidas fiscales en materia medioambiental y sostenibilidad energética (ni medioambiental, ni sostenible), hubiéramos asentido obedientemente con su contenido y comulgado con sus postulados, hoy seríamos cómplices de sus consecuencias nefastas para las empresas, para el sector energético, para la aplicación de la liberalización y las directivas comunitarias, para el mercado de generación, para las centrales nucleares, para Garoña, para la inversión, los grandes consumidores, la industria, la seguridad de suministro, para los consumidores, para la sociedad española…, y hasta para los portugueses.
Comprobar, recopilar, explicitar todas estas consecuencias, aportar con minuciosidad su efecto y trasladarlo con meridiana claridad para hacer un debate informado más allá de las consignas políticas, era más que necesario en estos momentos, trascendiendo de la voluntad de la comunicación política de dar el Anteproyecto como una supuesta solución al problema del déficit tarifario. Y, precisaba que se desnudara completamente y se pudiera observar que no quedaba claro ni el destino de esos ingresos fiscales, como ha quedado patente en la Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2013, que sigue enviando los costes extrapeninsulares a la tarifa y las primas siguen intactas donde estaban. Nada de nada.
Y, todo esto, añadido a los componentes y comportamientos políticos asociados a todo el trámite de este Anteproyecto de Ley, episódico y como una comedia bárbara. Y que son relevantes. Desde el agujero de la Secretaría de Estado, el conflicto Soria-Montoro, al protagonismo casi mesiánico de José Manuel Soria en una escalada de actuaciones circulares peligrosísima. Desplegar la inquietud, la conciencia, la consciencia y la agitación sobre este escenario, era muy necesario.
Es una responsabilidad, por tanto, que el Parlamento sepa lo que hace y en qué problemas se mete con este Proyecto de Ley que le han despachado para que aplique la disciplina de partido. Energía Diario ha querido trasladar y promover este conocimiento con su máxima intensidad, destapando todas esas trampas del Anteproyecto, mal llamado reforma, por algunos, para hacer recapacitar sobre sus consecuencias, incluso promoviendo su necesaria retirada, uniendo las visiones económicas y expertas.
Así, el torrente de críticas que ha recibido la reforma energética, incluye desde las críticas retroprogresivas hasta las posiciones que promueven la necesidad de un mix energético, barato, competitivo, guay y, eso sí, con muchas renovables y no liberalizado, por asumir los postulados retroprogresivos en su versión más buenista prorrenovables muy retribuidas a cualquier precio (atentos al silencio de la termosolar ante este proyecto de Ley y a su forma de aceptación).
Entonces, llegan explicaciones de lo más esotérico. Echémosle la culpa a la liberalización del sector eléctrico para achacar la subida del coste del suministro por el déficit tarifario, para seguir ocultando tenazmente el efecto de los costes regulados y de las primas a las tecnologías más retribuidas, como fuente de distorsión y el estropicio de la liberalización, combinando decisiones políticas discrecionales en las tarifas de acceso, junto con el control artificial de precios.
Y, el problema, desde los sectores retroprogresivos, no son las actuaciones que determinan los costes regulados y las primas. De hecho su pretensión real es volver a la fijación de la retribución por tecnología, como una estratagema para mantener la dinámica de las clases extractivas de nuestra economía y no de los mercados como mecanismos de eficiencia. A la vez, y mientras tanto, las primas crecen anualmente, desbocadas, a ritmos del 25%, el déficit tarifario para 2012 se dispara, el mercado de generación español está entre los que ofrece precios de equilibrio más bajos y, ¡el problema es, supuestamente, la liberalización!
Esa es la tesis que sostuvo ayer Jose Ignacio San Miguel de UGT en Cinco Días, aunque lo positivo del artículo es que no oculta el problema que le atañe como organización: la deslocalización industrial. Así, también, se pueden leer los anuncios insertados en la prensa nacional en estos días por las distintas industrias y asociaciones sectoriales ante los efectos de esta Ley.
Y, entre tanto, se escamotea que el problema son las decisiones políticas que se han encargado de sabotearla y crear este problema inaudito. Y desde las instancias supuestamente representativas, todo el mundo tocando como la orquesta del Titanic para mantener el sistema de retribución por primas a las tecnologías más fuertemente retribuidas, para evitar hacer un correcto diagnóstico y hacer lo que procede. Delirante.