Las crisis de Libia y Portugal zarandean los precios del crudo, que acabaron al alza

Así, a las iniciales subidas de los precios, empujados por la ola de levantamientos populares en países musulmanes, sucedieron caídas generalizadas ante la evolución de la crisis financiera en Portugal y la amenaza de que el país tenga que recurrir a un rescate.
Finalmente, el crudo de tipo Texas cerró la sesión del viernes en la Bolsa Mercantil de Nueva York a 105,4 dólares por barril, un 4,3 por ciento por encima de la última cotización de la semana pasada.
Respecto al Brent europeo, la evolución intersemanal fue más moderada y el precio marcado el viernes en el Intercontinental Exchange Futures de Londres fue de 113,93 dólares, un 1,45 por ciento más que la semana anterior.
El comienzo de la semana estuvo marcado por una tendencia al alza, en reacción al inicio de los ataques de fuerzas occidentales contra las tropas del líder libio Muamar el Gadafi
El temor a que los enfrentamientos corten los suministros de crudo libio pesó mucho más que los llamamientos a la calma por parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
El lunes, los ministros de Petróleo de Venezuela y Kuwait, Rafael Ramírez y Ahmad al-Abdullah al-Amad al-Sabah respectivamente, descartaron que sea preciso convocar una reunión de emergencia del grupo para debatir un cambio en sus actuales niveles de bombeo.
El martes, tanto el crudo Brent de referencia en Europa como el Texas estadounidense siguieron encareciéndose, al tiempo que aumentaba la tensión y las protestas antigubernamentales en Yemen.
Así, ni siquiera el anuncio por parte de Irak de un plan para aumentar la producción de petróleo conjuró el miedo a una caída del suministro desde el norte de Africa y Oriente Medio.
Esa tendencia al alza se vio moderada por el anuncio el miércoles de que la semana pasada se produjo un aumento de las reservas de crudo en los Estados Unidos, una noticia que suele relacionarse con un bajo consumo de crudo y normalmente empuja los precios a la baja. De hecho, esa noticia provocó incluso una leve caída del precio del Brent europeo.
Una depreciación que se generalizó el jueves, cuando el foco de atención de los mercados se trasladó a Portugal, donde el rechazo del Parlamento a un plan de austeridad económica del Gobierno precipitó la dimisión del primer ministro, José Sócrates.
Esta crisis reavivó las preocupaciones sobre el endeudamiento de las economías europeas y su influencia en la recuperación económica, lo que hizo que las noticias sobre la inestabilidad en Oriente Medio, impulsoras las últimas semanas de los precios del crudo, pasaran a un segundo plano.
Una ralentización de la recuperación económica en Europa podría hacer menguar la demanda de crudo y por lo tanto rebajar su precio. Un escenario parecido al que se teme podría darse en Japón si se prolonga la emergencia nuclear en el país.
En la evolución del precio al final de la semana pesaron también los datos contradictorios sobre la marcha de la economía de Estados Unidos, el mayor consumidor de «oro negro».
Así, el dato de que el producto interior bruto de EEUU creció un 2,9 por ciento en 2010, y un 3,1 por ciento durante el último trimestre, contrastó con una encuesta que muestra que la confianza de los consumidores estadounidense en la evolución de la economía y su situación financiera cayó en marzo hasta su nivel más bajo desde noviembre de 2009.