Un síntoma de un sector estratégicamente atractivo

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Con sorpresa se recibía ayer la noticia del asalto del fondo árabe IPIC Abu Dhabi de lanzar una OPA para alcanzar el cien por cien del capital de Cepsa. El instrumento ha sido una OPA por el 48,83% del capital que controlaba la francesa Total Fina, con una prima de emisión del 23%. Total ya ha anunciado su voluntad de desinvertir y la aceptación de las condiciones de la oferta lanzada por este fondo. El Fondo que ya contaba con un 47% de Cepsa se garantiza, por tanto, el control total de la compañía.
Se trata de una operación muy importante, y que haya sido sorpresivo no quiere decir que no haya condiciones objetivas y estratégicas que justifiquen esta operación. De hecho, en estos momentos, se puede afirmar que el sector español de los hidrocarburos está ganando atractivo de cara a la realización de operaciones estratégicas empresariales. Por una parte, Repsol, como compañía, está ganando tamaño a nivel internacional debido a los buenos resultados en su política de exploración en Brasil. Tanto es así que la compañía que dirige Antonio Brufau lleva una trayectoria alcista en Bolsa galopante y está adquiriendo atractivo al colocarse en un tamaño medio respecto de las petroleras internacionales.
Por otra parte, la política de inversiones en refino a nivel interno están resolviendo uno de los cuellos de botella del sector. Las nuevas refinerías de Cartagena (Repsol) o la ampliación de la Huelva (Cepsa), recién inaugurada, son ejemplos de ello. Eso, sin contar con el proyecto de la Refinería Balboa, promovido por el empresario extremeño Alfonso Gallardo, que causa más de un dolor de cabeza en niveles empresariales y políticos y que, actualmente, sigue en trámites medioambientales.
Desde el punto de vista competitivo, en lo que es la distribución minorista (gasolineras), el mercado español está reduciendo el número de operadores. Se puede decir de forma muy esquemática que los grandes operadores sectoriales son Repsol y Cepsa, cuestión que se ha visto acrecentada por la adquisición de la red de gasolineras de Canarias (dónde Cepsa cuenta además con una de sus refinerías históricamente emblemáticas en Tenerife).
Detrás de Repsol y Cepsa, el resto de operadores claramente son de menor tamaño: BP, Galp y Shell. En este sentido la situación es divergente, la situación de BP tras el vertido del Golfo de México, le está llevado a desinvertir y vender activos, reduciendo su tamaño y anunciando su retirada, para atender las consecuencias del vertido. Mientras el crecimiento del resto operadores, con la portuguesa Galp a la cabeza, no altera esta relación de fuerzas.
Por tanto, el mercado español tiene un enorme atractivo estratégico y la operación, ejecutada con mucha rapidez, tiene mucho sentido empresarial. De hecho, según ha podido saber este medio, esta operación corporativa ha estado precedida de acercamientos de cara a posibles operaciones corporativas a la propia Repsol, y la adquisición de un paquete accionarial importante. Además de los conocidos y públicos intereses de las empresas rusas, Eni o la hindú Essar, también han existido acercamientos a la misma por parte de países árabes. Esta situación, y la presión del constructor Luis del Rivero (Sacyr Vallehermoso), probablemente hayan llevado al impulso en la política de distribución del dividendo de Repsol, para mantener una base accionarial estable. Sobre todo ante el interés nada indisimulado de países árabes y asiáticos de entrar en el sector de hidrocarburos y de la energía en Europa.
Por lo tanto, hay movimientos en el sector y se impone la atención.