El mal dato del empleo en EEUU frusta la reactivación del consumo del petróleo

Los datos sobre el paro en el mayor consumidor de energía del planeta tuvieron un impacto inmediato en el valor del «oro negro», que cerró el viernes a 77,43 dólares en Nueva York tras perder un 2,75 por ciento en la sesión.
Esas pérdidas echaron por tierra lo ganado durante las últimas jornadas y el barril de Texas, referente en EEUU, acabó la semana en los mismos 77 dólares en los que terminó el último viernes de octubre.
Lo mismo ocurrió con el precio del Brent, de referencia en el mercado europeo, que se depreció en Londres un 3,98 por ciento y cerró la semana en 75,87 dólares, apenas 67 centavos más que hace una semana.
Por el contrario, el valor del barril de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ganó 1,89 dólares en una semana y el jueves se vendió a 77,45 dólares.
El índice de desempleo en EEUU se situó en octubre en el 10,2 por ciento, después de que la economía estadounidense destruyera 190.000 empleos durante ese mes, una cifra que se suma a los más de siete millones de puestos de trabajo perdidos en la mayor economía del mundo desde que en 2007 comenzara la recesión económica.
Este aumento del desempleo preocupa a inversores y operadores, que temen que si persiste esa tendencia desfavorable en el mercado laboral la recuperación de la demanda energética en Estados Unidos será más lenta de lo esperado.
«Si el desempleo se incrementase sustancialmente por encima de las expectativas del Fondo Monetario Internacional del 10,15 por ciento en 2010, la demanda de gasolina va a erosionarse más aún», explicaron los analistas de la consultora JBC.
De acuerdo con los cálculos de JBC, «un uno por ciento de incremento del paro en EEUU reducirá la demanda de gasolina el año próximo en un 0,75 por ciento, alrededor de 70.000 barriles por día».
Los analistas apuntaron que la demanda de gasolina ya cayó un 3,3 por ciento en 2008 y alrededor del uno por ciento en lo que va de 2009.
Así, los datos sobre la destrucción de empleo en EEUU tuvieron más influjo en los mercados que el descenso de las reservas estadounidenses, que propició los repuntes de mediados de la semana.
Las reservas de petróleo en Estados Unidos disminuyeron en cuatro millones de barriles la semana pasada y quedaron en 335,9 millones, mientras que los inventarios de gasolina disminuyeron en 300.000 barriles.
Otro elemento que ha apoyado las subidas de los primeros días de la semana es la debilidad del dólar, la divisa que se utiliza para comprar materias primas, vistas cada vez más como un valor refugio ante la incertidumbre económica.
El valor del crudo ha subido este año un 135 por ciento, desde los 35 dólares que cotizaba en enero hasta el máximo de 82 que tocó en octubre. Aún así, todavía está lejos de su máximo de 147 dólares de julio de 2008.
Para el presidente de turno de la OPEP, el angoleño José Maria Botelho de Vasconcelos, un precio medio «razonable» para 2010 sería 80 dólares por barril.
Por su parte, el que será presidente de la organización en 2010, el ministro ecuatoriano de Recursos Naturales No Renovables, Germánico Pinto, ha considerado fundamental la «búsqueda de una estabilidad de precios, que sea adecuada para sostener los niveles de inversión que requieren, principalmente, los países productores».
Por el lado geopolítico, los mercados han seguido con preocupación la situación en Irán, el cuarto mayor exportador de crudo, agitado por las protestas de la oposición y por el conflicto con las potencias debido a su controvertido programa nuclear.
La última iniciativa para desbloquear el litigio atómico, el ofrecimiento de que Irán procese parte de sus reservas de uranio enriquecido en el exterior, está estancada ante las exigencias iraníes de que se revise su contenido.
A esta situación otro conflicto ha llevado cierta preocupación a los mercados. Las noticias de que la aviación de Arabia Saudí y su infantería intensificaron sus combates contra los rebeldes chiíes en el vecino Yemen ha despertado la preocupación de que el mayor exportador de crudo del planeta se enrede en la guerra civil de su vecino.