La resubasta y el Rodiezmazo

El fallecido Premio Nóbel, Camilo José Cela, decía que es más fácil convencer a alguien de que no tiene sed que llevarle un vaso de agua. Algo así pasa con el Plan de Protección Plus del Carbón Nacional, impulsado desde la Presidencia del Gobierno, cuyo proceso de negociación y formalización en el correspondiente Real Decreto (que posteriormente debe pasar por la CNE y por la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos), se centra en moderar su efecto y en la articulación de mecanismos de compensación que suavicen una intervención de estas características en el mercado.
Así, como venimos informando, el Gobierno viene forzando la máquina para aumentar la producción eléctrica a través de la quema de carbón nacional. Según informa el diario Cinco Días, las eléctricas deberán usar 20 Toneladas de carbón en los próximos tres años y se determinaría un precio fijo de 45 euros por MWh a precio regulado (a precio intervenido, quiere decirse). Así, el carbón se vendería en el mercado de restricciones “como garantía de suministro” que gestiona Red Eléctrica de España (REE).
En todo caso, el mecanismo actualmente propuesto encima de la mesa mantendría el sistema de casación de ofertas y de fijación de precios en el mercado, aunque, consecuentemente, se produciría un exceso de energía que sería subastado también para ajustar oferta y demanda.
Por otra parte, la diferencia entre el coste de generar con carbón y el precio regulado se vería compensado por la tarifa mediante los pagos por capacidad, desarrollando una versión más sofisticada del antiguo sistema de pagos por garantía de potencia. Al mismo tiempo se está estudiando extender los pagos por capacidad a las centrales de gas. Por tanto, el proceso de negociación entre Industria y las eléctricas parece que ha entrado en los mecanismos de amortiguación y compensación de la medida.
Toda esta construcción de subastas y resubastas sigue teniendo efectos perversos tanto en los precios de la energía (las empresas siguen estimando una caída de 8 €/MWh), afectación a otras tecnologías (en concreto, al régimen especial que no está incluido en ninguna de las fórmulas de los pagos por capacidad), como en las emisiones de carbono que se verán notablemente acrecentadas (y que será necesario financiar).
En todo caso, el modelo ideal, con menos efectos perjudiciales para el funcionamiento del mercado, para garantizar la eficiencia energética y reducir las emisiones de CO2 sigue siendo el de aumentar las ayudas directas al sector del carbón nacional, sin tocar los mercados eléctricos. Esa era incluso la pretensión inicial de sindicatos y empresas mineras cuando trasladaron su petición de 300 millones en Rodiezmo y, por ello, la respuesta ideada y obcecada para que fuera contra el mercado eléctrico, se ha convertido en el Rodiezmazo, por la amplificación de los efectos que causa.
De hecho, toda esta construcción, se tendrá que pagar en la tarifa, además de seguir generando déficit que además de pagar, será necesario financiar. ¿No sería más fácil dar un vaso de agua?