Las renovables perderán 450 millones de euros de seguir adelante la propuesta del gobierno para aumentar la protección al carbón nacional

Como anticipábamos ayer desde Energía Diario, la propuesta del Gobierno de crear de un mercado eléctrico dual, con precios fijos para la generación obligatoria con carbón nacional y, por otra parte, constituir un mercado reducido para el resto de tecnologías, producirá unas consecuencias de muy amplío calado en el sector energético, fundamentalmente derivadas de la distorsiones en el funcionamiento del mercado eléctrico. Por tanto, su formulación no es inocua y tiene consecuencias adicionales e imprevistas a la hipótesis simplificada de que recaigan en el sector eléctrico las ayudas adicionales, vía la alteración del funcionamiento del mercado de generación.
En este sentido, hay que tener en cuenta que las consecuencias de la medida se propagarán a todas las centrales de generación distintas a las de carbón nacional, pero el efecto será fundamentalmente más intenso para las centrales de gas (ciclo combinado) y para las energías renovables. Por otra parte, además, como las cantidades que prevé el plan suponen aumentar la producción de electricidad por carbón nacional de los últimos años, esto provoca que sus efectos se multipliquen exponencialmente.
¿Cuáles son las principales distorsiones a nivel general en el mercado eléctrico? La primera es que se modifica la composición de la energía que se coloca y que se entrega diariamente en el ‘pool’. En este sentido, la producción forzada con precio garantizado fuera de mercado con carbón nacional expulsará la generación de las centrales de ciclo combinado, toda vez que la producción con renovables se integra en el sistema directamente.
La segunda es una caída directa de los precios de la energía que queda en el mercado eléctrico (no así de la que se vende a precio garantizado por producirse con carbón nacional). Así, en horas punta, se estima que eso puede reducir el precio en lo que quede en el mercado entre 5 y 6 € el MWh. En horas valle, esta reducción puede suponer 20 € / MWh. El impacto conjunto previsto supondría una reducción media del precio de la electricidad de entre 10 y 12 euros MW/h. Hay que tener en cuenta que actualmente el mercado ya ha castigado mucho a estas tecnologías, de forma que cuentan con poca capacidad de recuperar los costes fijos y variables, dados los precios actuales del mercado, muy deprimidos por la caída de la demanda.
Y, ahí viene la segunda consecuencia, esta vez dirigida a la línea de flotación de las energías renovables. Así, hay que partir del hecho de que el modelo de retribución de las energías renovables se compone de dos partes: una, el precio del mercado de generación más una prima. Por tanto, la reducción del precio del mercado eléctrico reducido se propagará a la energía del régimen especial por lo que también perderá ingresos.
Así, teniendo en cuenta una producción de 40.000 GWh anuales, este impacto se cifra en 450 millones de euros que perderán estas tecnologías. Por ejemplo, para el sector eólico, esto supondría alrededor del un 15 % de reducción de su retribución actual, ya de por sí minorada también por la caída de la demanda y la crisis económica.
El problema estriba en que las primas estaban calculadas con una previsión de precios de mercado para proporcionar una rentabilidad esperada y por tanto las inversiones realizadas en su momento, así estaban calculadas. Por tanto, es una medida que de facto genera una fuerte contradicción con la línea política de impulso a las energías renovables, además de una fuerte inseguridad jurídica, regulatoria y económica, sin hablar de fuertes pérdidas empresariales. Por otra parte, los remedios pueden ser peores que la enfermedad: aumentar las primas para mantener la rentabilidad, lo que significaría un conjunto de consecuencias regulatorias y económicas incalculables. Y, si no, las consecuencias en términos empresariales y de inversión también pueden ser especialmente perjudiciales.
En todo caso, no hay que desdeñar la alternativa de proporcionar las ayudas de forma directa a la minería nacional, sin tener que alterar el mercado eléctrico y sus tecnologías. Sobre todo porque la petición de 300 millones que realizaba el sector de incremento del Plan del Carbón es mucho menor que todas las consecuencias directas e indirectas que conlleva para todos.
(Mañana trataremos las consecuencias en términos medioambientales y de emisiones de gases efecto invernadero de la propuesta.)