Vida imperial en la ciudad esmeralda

Es el momento de hacer un balance gestor de la energía en esta legislatura recién finalizada y también de sus postulantes a la permanencia y continuidad. Estos días previos a la configuración del nuevo gobierno es un espacio temporal propicio para ello, sin perder la perspectiva de la situación compleja y endemoniada en que acabó el período de sesiones con la aprobación del Real Decreto Ley por el Parlamento de detracción de derechos de emisión, consumando la política de hechos consumados y tierra quemada de esta Administración. Hoy podemos hablar de un sector en llamas.

A cuenta de ello, y a modo metafórico (pero menos), recientemente se ha publicado un libro, el primer relato novelado sobre la postguerra de Irak y la gestión realizada por los responsables designados por George Bush. El libro se titula ‘Vida imperial en la ciudad esmeralda” y está escrito por un periodista norteamericano, Rajiv Chandrasekaran. El libro contiene una crónica de la ‘gestión’ de la Autoridad Provisional de la Coalición (APC), que gobernó el país entre abril de 2003 y junio de 2004.

El libro narra como, un grupo, en general bastante bisoño, adolescente casi, e inexperto, dirigidos por Paul Bremer, seleccionados por el Pentágono según un criterio ideológico de la Administración ‘neocon ‘de Bush, aislados en la «zona verde», un recinto seguro y absolutamente ajeno al exterior, se pusieron al frente del país, con la arrogancia y el sentimiento de ‘empoderamiento’ corriendo por sus venas. Por sólo enumerar ejemplos de sus fechorías, que recogen en la portada y en las glosas del libro, aprobaron unas cien medidas que en su mayoría no se implantaron. En el plano económico, y con una situación de ruina, se pretendía una receta ‘a la occidental’: privatizar, eliminar aranceles, bajar los impuestos y fomentar la inversión extranjera. Resulta que les costó descubrir que era ilegal vender los bienes del país y que sólo aventureros sin escrúpulos invertirían en un país sin seguridad. Otro ejempo, como al no tener información sobre la situación financiera de las empresas iraquíes, tiraron por la calle de en medio y pusieron todo a cero: quienes tenían deudas fueron condonadas de facto y quien tenía millones ahorrados e invertidos, los perdieron. En consecuencia, las peores empresas revivieron y quebraron las mejores. Más: con el fin de “fomentar la iniciativa privada” dejaron que los conductores de autobús robaran los vehículos de forma que se destruyó el sistema de transportes.

Las primeras medidas sanitarias en los hospitales (sin medicamentos, sin agua potable, sin material) fue lanzar una campaña contra el tabaquismo y cobrar por las consultas. En lo que se refiere al tráfico, el libro narra como pasaron un año para redactar un nuevo código de circulación, que no se aplicó nunca y que incluía multas a los peatones que se desplazaran por la noche sin chaleco reflectante.

El encargado de volver a poner en marcha el sistema universitario cuando precisaba el dinero para adquirir las infraestructuras educativas, mesas y pizarras, descubrió que el dinero había sido ya gastado en las universidades estadounidenses. Por ello, el Departamento de Agricultura Tropical de la Universidad de Hawai percibió una fortuna para asesorar a la Universidad de Mosul, destruida en una ciudad con un clima extremo.

¡Cuántas similitudes entre lo que se cuenta en este libro y lo que ha pasado en la regulación del sector energético español en el ultimo año y medio!. Se ha triturado la seguridad jurídica a partir de la forma en que se ha regulado y desregulado de forma irresponsable sin informes, ni memorias económicas y quebrando los marcos que aseguraban estabilidad. Se modifica la regulación de energías renovables, incluso con intentonas a través de los mecanismos de corrección de errores en el BOE. Se siguen arbitrando las subastas de energía primaria para mitigar el poder de mercado de las dos principales eléctricas sin que se sepa cual es el modelo de mercado objetivo. En el sector es público el trato displicente en la relación y negociación con la adminsitración energética actual.

Se han detraído los derechos de emisión del carbono para reducir la tarifa vía Real Decreto Ley con nocturnidad y alevosía, y lo que es peor, con una utilización torticera del Parlamento. Cuando se detraen estos derechos, se hace a pachas, sin ningún sentido desde el punto de vista de política medioambiental. No existe capacidad política para resolver el grave problema del déficit tarifario y de la insuficiencia de tarifa, acentuada, agravada y escondida debajo de las alformbras durante catorce años encadenados. Un grupo, una minoría creativa, intervencionista e influyente, está infiltrado para erosionar el funcionamiento de los mecanismos del mercado y de la liberalización realizada. Se arbitran y se idean mecanismos para ir retrocediendo en el mercado hacia el Antiguo Régimen, el marco legal estable: modificación, intervención y precios por tecnologías Se ha organizado, fruto de las presiones políticas y de esa minoria creativa, un nuevo monopolio de transporte generado problemas en el suministro de las ciudades y de relación con las distribuidoras.

Se ha regateado durante varios meses la desaparición de la retribución de la garantía de potencia con el riesgo cierto de apagones (incluso con un apagón de interrumpibles). Hemos tenido el más grave apagón que se recuerda de la historia y las relaciones políticas y vinculaciones peligrosas, impiden un trato abierto y público de las responsabilidades y consecuencias de los mismos. En las negociacioneos con Argelia, nuestras empresas no saben si ha habido contraprestación a cuenta del castigo al sector gasista español: Gas Natural han tenido que recurrir. Hemos recibido fuertes varapalos y críticas por su acción regulatoria desde la Comisión Europea. Con respecto a la línea de MAT, crea conflicto tanto con Francia y con Girona. Se ha criticado con dureza hasta desde la propia Administración española por la Agencia de Evaluación y Calidad. Se han deteriorado las condiciones para la financiación del déficit tarifario, resultando fallidas las subastas realizadas para su financiación.

El empoderamiento del responsable de energía ha pasado, además de por estar enfrentado al sector, llevar al límite de la paciencia a todo aquel que sigue una negociación, o asustar a los propios diputados socialistae en el Senado, por escarnizar a la Comisión Nacional de Energía, de forma que cuando sus dictámenes no eran coincidentes con los intereses del Ministerio de Industria se modifican levemente y se envían al BOE. Todo el mundo reconoce la influencia del actual TSO de electricidad, Red Eléctrica, tiene en el Ministerio, hasta el punto de perfilar (se, a sí misma, quermoes decir) todo el mecanismo de retribución. La actuación regulatoria deja a las empresas españolas a los pies de los caballos, para que se compren en forma de saldos por empresas públicas exteriores. En los mercados financieros internacionales se cuestiona esta política en todos los ‘papers’.

Ese es el balance de este período, que tiene muchas similitudes al del mandato de Paul Bremen en Irak. Incluso casi hasta su duración. En ese contexto, el Secretario General de Energía, llegado a Madrid, puede tener la tentación de sentir el ejercicio del poder como elixir que envena las acciones. Con un perfil fuertemente ideológico, político y basandose en sus apoyos, está muy satisfecho de su labor como y, por ello, se autopostula por la continuidad, de forma que hace semipúblico que prolonga su mandato para esta legislatura.

Los miembros de este gobierno norteamericano en Irak fueron considerados héroes. ¿Les suena?. Piensen lo que hacen.