El proyecto de Florentino para crear una gran eléctrica

El presidente de ACS, Florentino Pérez, nunca ha abandonado su idea de crear un gran grupo energético en España a partir de Unión Fenosa, un proyecto en el que, una vez fuera de juego Endesa y considerando el peso del negocio gasista en la eléctrica gallega, sólo encaja Iberdrola.
ACS mostró pronto sus cartas y en septiembre de 2006 reveló que había comprado un porcentaje de Iberdrola, con intención de elevarlo en el futuro. Dos meses después, logró el permiso de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) para alcanzar hasta un 24,9 por ciento (ahora posee el 7,7 de forma directa y un 5 por ciento adicional mediante derivados). Sin embargo, estos planes han tropezado con la oposición de Iberdrola, protagonizada por su presidente, Ignacio Sánchez Galán, quien ha preferido convertirse en un actor principal del mercado energético europeo, ganando tamaño.
Además, la eléctrica se ha abstenido de proponer cualquier movimiento hasta recibir señales claras de que la normativa española sobre competencia no convertirá la futura compañía en una empresa del mismo tamaño (el famoso «uno más uno no puede sumar uno» de Sánchez Galán).
Pese a las dificultades, Florentino Pérez no ha cejado en su empeño, y en este sentido, hay que entender los movimientos del grupo público francés EDF para tomar posiciones en el accionariado de Iberdrola, según el entorno del empresario.
Las respuestas que han dado ACS y el gigante francés sobre sus intenciones en Iberdrola han sido lo suficientemente parciales como para dejar entrever que podría estar gestándose una operación, una nueva vía que permita a ACS conformar un gran grupo energético, lo que alienta todo tipo de especulaciones.
Según el Financial Times, EDF y la constructora española han mantenido conversaciones preliminares para hacerse con Iberdrola y, una vez tomado el control, dividirla. La francesa se quedaría con Scottish Power y activos suficientes como para alcanzar entre el 5 y el 10 por ciento de cuota del mercado español, mientras que ACS incorporaría a Unión Fenosa la parte que le correspondiera.
Otra posibilidad que apuntan fuentes del mercado, sería que accionistas contrarios a la actual dirección de Iberdrola tomen posiciones y, a medio plazo (léase después de las elecciones del 9-M), presentar una oferta. La pugna entre accionistas afines y contrarios a Sánchez Galán es un elemento que puede ser clave para el éxito o fracaso de una eventual operación.
En un informe, el banco Fortis señala que el equipo gestor de Iberdrola «complicaría de modo importante» una opa si consiguiera la adhesión de un 34 por ciento de su capital, por las limitaciones de voto estatutarias.
Fortis opina que la eléctrica tiene en contra a ACS, el banco francés Natixis, Albert Frere y el Santander, mientras que las cajas de ahorro y otros empresarios individuales, que suman un 27 por ciento del capital, estarían a favor.
Por último, otras fuentes optan por explicar los recientes acontecimientos siguiendo el principio formulado por Guillermo de Ockham en el siglo XIV que estipula que en igualdad de condiciones, la solución más sencilla es probablemente la correcta.
El presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, y el jefe de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, celebraron recientemente una cumbre en la que la energía tuvo un papel destacado. La delegación francesa mostró su interés por entrar en el mercado español y no se encontraron con una negativa tajante. Las palabras del portavoz del Gobierno francés, David Martinon, parecen corroborar esta última explicación, ya que éste aseguró que el Ejecutivo español «está informado del interés» de EDF, pero añadió que cualquier inversión «debe hacerse con el acuerdo de las autoridades españolas».