¿Donde está la Prospectiva Energética 2030 del Ministerio de Industria?

En días pasados, la patronal eléctrica UNESA, presentó su estudio y propuesta para responder en el ámbito de las necesidades de aumento y configuración de nuestro mix de generación para el año 2030, la denominada “Prospectiva de Generación Eléctrica”. Un documento que, de sus conclusiones y propuestas, deviene la necesidad de tratar nueva y abiertamente cuestiones que afectan al mix de generación español: los costes futuros de la energía, la necesidad de abrir el debate sobre la energía nuclear, la dependencia energética, entre otras cuestiones.

Por su parte, existía un grupo, organizado por la Secretaria General de Energía elaborando su propio documento 2030. En muchos momentos de esta legislatura se ha esgrimido hacia los grupos parlamentarios la existencia de este grupo y como sus conclusiones iban a servir para resolver varios nudos gordianos. Tiene por tanto el carácter taumatúrgico que tienen este tipo de informes: parece que su sola mención es un ‘mantra’ que todo lo resuelve para el futuro y tranquiliza de que alguien esté pensando en el futuro.

Este grupo a los efectos de lo que ha sido su configuración, dado que está promovido públicamente, ha sido una caja negra. Es decir se ha conocido muy poco de su composición, funcionamiento y resultado. Lo poco o lo mucho que se sabe se sabe por filtraciones o por anticipos puntuales de temas muy concreto. Más o menos se conoce su composición y se ha cuidado muy mucho de su ‘limpieza empresarial’. Es decir que no participen en él las empresas energéticas como agentes económicos involucrados directamente en este mercado y ámbito de la economía.

Por otra parte, se conoce mucho menos de sus avances y de lo que son sus propuestas, aunque también hay algunas filtraciones y anticipos inquietantes. Lo que si parece claro, y es resultado de la deducción detectivesca más que de la transparencia que debe regir un mercado y una cuestión de tanta relevancia en la economía, es que en estos momentos se está muy poco dispuesto a que las posibles conclusiones del grupo se conozcan a la luz antes de las elecciones. Seguramente para evitar debates indeseados o la apertura de cuestiones polémicas para el actual Gobierno y sus responsables. Muy cuidadosamente han desparecido sus menciones de cualquier posicionamiento público o político.

Programa oculto

El valor de conocer lo que un grupo así promueve estriba en varias cosas. En primer lugar en saber el posicionamiento ante temas como todos los que anteriormente indicábamos: costes de la energía, absorción de los mismos por la tarifa eléctrica, dependencia energética, resolución de los cuellos de botella en generación, debate sobre la energía nuclear… y saber cuáles son las recetas que proponen al Gobierno y, más concretamente, por la propia composición del mencionado grupo, el propio partido o una de sus familias, actualmente influyente en estas cuestiones. El hecho de desconocer públicamente y con la debida anticipación este posicionamiento, teniendo en cuenta que existe un proceso electoral abiertos, a la vista de las propias actuaciones de la Secretaria General de Energía basadas en los hechos consumados, conduce a la conclusión de la existencia de un programa oculto en los actuales referentes políticos en materia de energía.

El Ministerio también tiene gran experiencia en solicitar informes que no usa. También han sido en muchos casos cuestiones políticas las que han influido para que esto sea así. Vean el caso de la Mesa que se formó para analizar el futuro de la energía nuclear en España cuando el responsable del Ministerio era José Montilla o el Libro Blanco que se encargó a Pérez Arriaga. En este caso, por quiénes son sus autores y por cómo se han reclutado, garantizando su afinidad ideológica y con unos postulados muy parecidos en materia de planificación y de mercado (háganse ustedes una idea de cuál es el mix elegido), parece que no será conocido hasta después de las elecciones. Y que estará muy bien guardado su contenido, con una defensa muy férrea, a cal y canto para evitar que se desaten las polémicas.

Es preciso reclamar transparencia a la Administración, al Ministerio de Industria en una cuestión de esta trascendencia, frente a programas ocultos. Estamos en período electoral y, por lo tanto, hay que conocer de forma clara los planes de futuro que puedan impulsar cada uno de los partidos (y sus modelos, sus costes y sus déficit). Es legítimo, además de necesario. Además de sano, después de la ultima etapa vivida, ominosa, opaca y poco edificante.