El temor a la ralentización económica en Estados Unidos frena la subida de los precios del crudo

Tras alcanzar nuevos máximos históricos con precios cercanos a los 100 dólares por barril a principios de año, el crudo volvió a bajar esta semana, debido a los temores de una ralentización notable de la economía mundial, sobre todo en Estados Unidos, el principal consumidor energético del planeta.
Al cierre de la sesión regular del viernes en la Bolsa Mercantil de Nueva York (NYMEX) los contratos de Petróleo Intermedio de Texas (WTI) para entrega en febrero quedaron a 92,69 dólares el barril (159 litros), después de restar 1,02 dólares al precio anterior, el nivel más bajo desde hace tres semanas.
Igualmente, el Brent, la marca referente en Europa, cerró a la baja en el mercado de futuros de Londres, donde el barril para entrega en febrero acabó en 91,07 dólares, 1,15 dólares menos que al cierre de la jornada anterior.
El descenso del precio del crudo coincidía con las previsiones poco alentadoras para la economía estadounidense en 2008. Goldman Sachs, uno de los más importantes Bancos de Inversión norteamericanos, advirtió esta semana de que la primera economía mundial podría incluso entrar en recesión ante los problemas de los mercados inmobiliario y crediticio.
También el presidente de la Reserva Federal de EEUU, Ben Bernanke, reconoció que el pronóstico coyuntural global ha empeorado y anunció que su entidad tomará «acciones sustanciales adicionales», es decir, nuevos recortes del tipo de interés básico para impulsar el crecimiento económico del país.
La reciente escalada del precio del crudo hasta llegar a los 100,09 dólares el pasado día 4, suscitó una notable inquietud en los mercados financieros de EEUU, por el efecto negativo que eso supondría sobre el gasto de los consumidores y en los precios de productos básicos de consumo. Por eso, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, de gira por Oriente Medio estos días, pedirá a los países productores de la OPEP que abran más sus grifos.
Sin embargo, tiene escasas posibilidades de éxito, en vista de unas declaraciones hechas por Chakib Khelil, ministro argelino de Energía y actual presidente de la OPEP. Khelil señaló en París que el mercado está «bien abastecido» y «que no hay ninguna razón para aumentar la oferta». Para Kuwait, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí, los países del Golfo Pérsico que visitará Bush, los actuales precios suponen un caudal de riqueza.
El precio de la cesta OPEP, compuesta de 12 crudos distintos, cerró la semana el jueves a 90,01 dólares por barril, un 4,2 por ciento menos que el jueves de la semana anterior, cuando alcanzó su máximo histórico con 93,93 dólares por barril.
Por otra parte, las flojas cifras de desempleo agudizaron la inquietud sobre el estado de la mayor economía mundial. Los más recientes datos reflejaron un incremento del desempleo en Estados Unidos, una caída en las ventas de grandes cadenas minoristas en el pasado mes y una contracción en la actividad del sector manufacturero, lo que ha reavivado las expectativas de que la economía estadounidense podría entrar en recesión.
El descenso de los precios ocurrió incluso después de conocerse que las reservas almacenadas la pasada semana en EEUU bajaron por octava semana consecutiva y mucho más de lo que se esperaba. Las existencias de petróleo descendieron en 6,8 millones de barriles y el total, de 282,8 millones de barriles, es casi un 10 por ciento inferior al volumen registrado en la mismo época del año pasado.