El año del agente doble

Dentro de los ejercicios de revisión y resumen del año 2007 hay un capítulo pendiente de analizar, que es el nuevo papel o, mejor el papel reforzado del operador de transporte y de sistema eléctrico, Red Eléctrica de España (REE). La importancia de este repaso estriba, en primer lugar, en lo que supone de cuña para el funcionamiento del sector y del mercado eléctrico y, en segundo, en que todavía están abiertas las líneas de fuerza y posibles consecuencias de esta posición.

Es preciso tener en cuenta que en este año, se produjo la configuración de REE como un monopolio de transporte (TSO). Tendrá por tanto la configuración de transportista, monopolista único y trino (en terminología teológica), con capacidad, como ya han notado ciertas tecnologías, de controlar el acceso a la red de determinadas tecnologías. O también con las limitaciones al crecimiento e inversión en las redes de transporte. En paralelo, en toda Europa empieza a despertarse una tendencia imparable hacia lo contrario, hacia el operador independiente el ISO, (el modelo español, sería el TSO maximum) algo que o bien podría complicar si no llegan a tiempo los planes de publicación de Red Eléctrica o nos deviene en otro expediente con la Comisión Europea, ahora que a esta Administración le da lo mismo todo, con tal de reservar el papel de intervención.

Estas no son las únicas cuestiones que han jalonado el papel de REE. Por ejemplo, el operador de sistema ha preparado para el Ministerio de Industria informes sobre la actuación de las empresas privadas en la aplicación del ominoso R.D. 3/2006 (el que establecía el precio de las casaciones de oferta en las operaciones bilateralizadas entre empresas de generación y distribución del mismo grupo).

Dos son las tendencias que ha seguido durante este año: la primera, la expansión en sus actividades, evidente bajo la lógica de empresa pública y el intervencionismo. Por otra parte, la segunda tendencia es consecuencia de la cesión de responsabilidad regulatoria: no hay normativa en el sector eléctrico que emane del Ministerio de Industria y de la Secretaria General de Energía, que no confiera papeles concretos (y adicionales) en su ordenación a Red Eléctrica, véase la normativa de la gestión de la demanda o las nuevas formulas para sustituir el mecanismo retributivo de la garantía de potencia. Numerosos expertos han escrito y dejado constancia sobre la tendencia a la actuación de la compañía que preside Atienza como regulador.

En paralelo, el año no ha sido tranquilo, es decir ha estado plagado de incidentes para el operador de sistema. En primer lugar por las consecuencias y responsabilidades del macroapagón de Barcelona, del ‘cuasi’ apagón de Vigo y la gestión de la disponibilidad del apagón de las grandes empresas interrumpibles de principios de diciembre. La cada vez más compleja interacción en las grandes ciudades de REE y las distribuidoras. Todos ellos, ellos incidentes que apuntan directamente a Red Eléctrica de España, bien por el conocimiento de lo acontecido o por lo que dicen las propias investigaciones de los órganos reguladores.

Por otra parte, Industria prepara una subida de retribución para las actividades y activos de transporte de Red Eléctrica de España. Una subida que supondrá, si la racionalidad no lo remedia abrir los codos en la tarifa bloqueda con la inflación presunta (más que prevista) y con el déficit tarifario galopante. Es decir reducir la retribución a la generación, al suministro y la comercialización. Buena prueba de ello es la política del Ministerio de Industria de ir esquilmando la retribución de la actividad de suministro puramente. La Bolsa lo ha reconocido en su rally de fin de año, adecuadamente.

El tercer vector, mucho más oculto, y posiblemente vertebrador de todo lo demás, es la cada vez menos disimulada aspiración de integrar Red Eléctrica y Enagás. Para ser más grande más, más monopolio, Tomás. Con más retribución (la fija la propia Red Eléctrica a falta de otras referencias; será casi una autoliquidación) y, adelantada, que es lo que piden, se tiene caja, cash para abordar operaciones de este tipo. Mucho en poco tiempo, evidentemente. Produce hasta vértigo la capacidad de configurar a Red Eléctrica de España como un agente que nos recuerda al marco legal estable. Si hasta cuando empresas privadas extranjeras que operan en nuestro país piden entrevistarse con los responsables de energía del Ministerio por problemas en las redes, les reciben con la presencia del Director de Operación de REE (¿qué pensará Sarkozy si se entera? ¿no produce cierto sonrojo que se hayan difundido estas líneas?).

En medio de todos estos acontecimientos, un nombre, el de su presidente, Luis Atienza, dicen que perfectamente vinculado y con ascendencia hacia el Presidente del Gobierno (si Jordi Sevilla ‘enseñaba’ economía al presidente, Atienza sería su hombre en la energía). En el sector, se le denomina de forma generalizada, el Ministro en la sombra, un factótum, compatibilizando este papel, con el rol de Presidente de una empresa privada, cotizada en bolsa, con sus fondos de inversión y todo en su accionariado. Sin incluir sus otras muchas inquietudes: hombre creativo, ocurrente, escribe versos (aquí publicamos su poema sobre el cambio climático), también con actividades en el mundo de la enología.

Es nuestro agente doble: intervencionismo y regulador ‘in pectore’, al frente de una empresa privada que no lo es. Por eso, en una felicitación de Navidad del año pasado se encomendaba para que los mercados fueran propicios a REE, el año del agente secreto (007, por lo del 2007, ¿comprenden?). Y lo ha sido.