La picana del decretazo Nieto

Un Real Decreto Ley insostenible e injustificable. Las voces que, en los medios de comunicación han señalado la ilegalidad o inconstitucionalidad del decretazo para la detracción de derechos de emisión son casi apabullantes. De hecho, la forma en que se recoge en los medios incluso los más afines a la medida es defensiva (tal y como se puede ser afín a una medida así, casi por vinculación friki). Por tanto, señores, pueden estar convencidos convencidos que si se aprueba algo así, se someterá posteriormente al escrutinio del ordenamiento jurídico, sólo que, además, con todas las advertencias a sabiendas de ello por todas las voces autorizadas y expertos. Por ello, la urgencia con la que se presenta (no la real) es directamente proporcional a la premeditación. Incluso en el caso de que se tramitara por la vía de proyecto de ley, el hecho sería que se tendría que tratar por el Congreso con las Cámaras disueltas o en periodo de vacaciones legislativas. Todo ello, en el irritante supuesto justificativo de que es urgente y se realiza por cuestiones «de seguridad nacional», camuflando razones de oportunidad política (aunque todo el mundo se ha dado cuenta) algo que se contradice hasta en su exposición de motivos. Por tanto, lo más razonable es la retirada del Real Decreto Ley o la devolución por parte de las Cortes, para que en la próxima legislatura se trate con el rango legislativo que corresponda.

La falsa relación entre los derechos de emisión y el precio de la energía. A veces parece que la repetición de un argumento es lo que le da consistencia o verosimilutd. Todo parte de un argumento falso y es que el precio de la energía en el mercado mayorista recoge el precio de los derechos de emisión. Según dicen, que lo ‘internalizan’ en sus ofertas, lo que significa que cada central o grupo de generación eleva el precio en razón de los derechos de emisión recibidos en el Plan Nacional de Asignaciones, del mismo modo a como han recibido asignaciones en todos los países europeos que siguen la Directiva Marco de Comercio de emisiones. Cuando dicen que lo internalizan, quiere decir, en el caso por ejemplo de las nucleares o de la hidráulica que se lo imaginan. Figura esotérica dentro de los sistemas de cálculo de coste empresarial. Lo que sí parece es que la energía depende de la oferta y de la demanda y que el uso de los derechos de emisión, debería haber sido otro: el fomentar la inversión en energías limpias.

La falsa relación entre el Plan Nacional de Asignaciones y la reducción de emisiones. Como se puede ver a la luz de los resultados de la economía española. Igual que el déficit tarifario no hace nada más que subir y subir (con y sin derechos de emisión detraídos). De hecho somos el país, que más alejados estamos en nuestros objetivos de reducción de emisiones. A lo mejor es que uno de los criterios de administración de estos derechos es no hacer política medioambiental realmente. A lo mejor es que eso de repartir los derechos a escote o a pachas, como propone este Real Decreto y la actuación de esta Secretaria General de Energía, hace poco en la reducción de derechos de emisión. En realidad, se trata de una política medioambiental vacía en el sector energético, porque ya se procuró hacer una distribución de derechos ‘poco medioambientalista’ para evitar gestionar el cambio hacia un modelo más limpio de generación eléctrica (y sus implicaciones económicas para cercanos, propios y extraños.

La falsa relación entre política medioambiental y actuación regulatoria en materia energética del gobierno. Como ya se ha podido comprobar (y se puede comprobar) en el tratamiento displicente hacia las energías limpias, en la detracción de derechos de emisión o en la definición y asignación de derechos en el Plan Nacional de Asignaciones. Más asignaciones para los más contaminantes. Tanto es así, que además, de ser el país de la Unión Europea más alejados de los objetivos de reducción de emisiones, somos el país que peor trata a tecnologías más limpias como los ciclos combinados frente al carbón (lo dicen expertos y universidades internacionales). Por tanto, un gobierno poco medioambientalista en todo caso.

La falsedad que encierra afirmar que este Real Decreto Ley protege al consumidor. Y, finalmente, este es el gran argumento taumatúrgico. El que justifica el control de precios y sisar como sea de la factura eléctrica. Evitar al consumidor el trance de tener que afrontar que la energía cuesta más. Hacerlo inconsciente. Como todos los consumidores asumen que el pollo cuesta más o los langostinos, y les ofrecen la vía del conejo o abstenerse de dar propinas. En la energía, no. O al menos la que se transporta por cables, porque las gasolinas siguen subiendo. La electricidad sube menos que la inflación, con lo cual, en términos reales, baja. Todos nosotros ajenos a la realidad energética exterior en un país con una dependencia enorme. Por tanto, la solución, aboquemos al consumidor a que consuma mucho hoy, mareado por una sensación de barato y que lo paguemos en el futuro, con sus intereses y todo. Y, en paralelo, violentar con mecanismos toscos creando procedimientos para reducirles la factura, con una campaña mediática paralela de política de control de rentas, culpabilización empresarial e intervencionismo en el sector, buscando acabar con el funcionamiento del mercado eléctrico. En realidad, el problema es la falta de capacidad política para abordar una política responsable y estratégica para el sector energético, sin aparcar debates como el nuclear, sin lacerar el mercado y haciendo consciente a todos los actores de un mercado liberalizado, es decir trasladando los costes para hacer eficiente el sistema y el consumo.

Una política energética de riesgo extremo. Definir a lo que está pasando ‘política energética’ es dar coartada a la nada que se nadifica, que decía Sartre. Pero bueno, aceptemos pulpo como animal de compañía. Las ultimas decisiones como la eliminación de la garantía de potencia, sin cerrar un mecanismo que lo sustituya o la eliminación de la seguridad jurídica y la estabilidad regulatoria, está dando al traste con uno de los verdaderos mecanismos que ha hecho que el precio de la energía sea más bajo que en toda Europa: el funcionamiento del mercado y la inversión en generación que ha creado un exceso de capacidad, aceptable para el crecimiento de la demanda. Con esta actuación regulatoria, en contra de todo sentido económico, estamos matando esta gallina de los huevos de oro. Y, por ello, en lugar de abordar seriamente el problema, cada vez que sucede algo que es consecuencia de una ‘pifia’ regulatoria, la política (si se le puede llamar así) es culpabilizar a alguien: a las empresas, a las hidráulicas.

Salvad al soldado Nieto. Por ello, si el criterio es legitimar todo esto, hacer que cobre vigencia el decretazo Nieto, esto es lo que se provoca. Con el vértigo del fin de la legislatura. La aprobación de un Real Decreto Ley que no es urgente, en tiempo de descuento, in extremis, en ultimo minuto y de penalty injusto. No debe ser plato de gusto, mirar para otro lado y someterse a esta espiral, para salvar al soldado Nieto, que es de los nuestros, y asumir sin crítica esta política de riesgo, de inseguridad jurídica, de posibles apagones de generación, de redes, entre otras cuestiones.

Todo esto es lo que se legitima hoy. Si sale. En todo caso, ya no sale limpio, Industria ya ha perdido muchos pelos en la gatera para sacar adelante esta norma. El escándalo está servido.