Sonatrach marca el paso del sector gasista español en 2007

La negociación de los contratos de gas entre Argelia y Gas Natural, el conflicto entre la gasista y Repsol YPF con Sonatrach por la rescisión del contrato de Gassi Touil y la entrada de la empresa argelina en el mercado español han sido los ejes sobre los que ha girado el sector durante el año.
Al mismo tiempo, el consorcio Medgaz ha anunciado el inicio, en el segundo semestre de 2008, de las obras del futuro gasoducto que unirá España y Argelia con una nueva composición accionarial liderada por Sonatrach (36 por ciento) y con la incógnita de si finalmente Gas Natural se incorporará al proyecto. A pesar de que se trata de asuntos distintos, la presencia de la empresa estatal argelina Sonatrach actúa de nexo y añade un componente político que afecta a las relaciones entre España y Argelia y que supera las cuestiones empresariales.
Los movimientos de la empresa argelina en España han ido este año por dos caminos: lograr la autorización de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) para elevar del 20 al 36 por ciento su participación en Medgaz y conseguir la licencia que le permitiera comercializar hasta 3 bcm (3.000 millones de metros cúbicos) de gas en España. En ambos casos ha alcanzado sus objetivos a la segunda.
El 6 de marzo el Ministerio de Industria le concedió licencia para comercializar hasta 1 bcm de gas natural al año en el mercado español.
Cinco meses después, el 25 de julio, y tras la visita a Madrid del ministro argelino de Energía, Chakib Jelil, Industria levantó esta limitación aunque con el compromiso por parte de Sonatrach de no vender más de 2 bcm.
En cuanto a su participación en Medgaz, Sonatrach conseguía el 8 de mayo la autorización con duras condiciones de la CNE para elevar del 20 al 36 por ciento su participación, permiso que la empresa estatal argelina recurrió un mes después ante Industria. La solución a este asunto llegó también en julio. Industria decidió estimar parcialmente el recurso de alzada de la empresa argelina y eliminó cinco de las siete condiciones impuestas por la CNE. Ambas decisiones le valieron a Industria críticas desde la oposición que acusó al Gobierno de «dinamitar» el sector.
A la vez, Sonatrach ha mantenido abierto este año otro frente de importancia clave para el mercado español: la negociación con Gas Natural para actualizar el precio del gas que suministra a través de dos contratos por el gasoducto del Magreb.
Argelia aporta en torno al 30 por ciento del gas natural que se consume en España, la mayoría mediante esta infraestructura (24 por ciento) y el resultado de los nuevos contratos podría servir de referencia para las importaciones de esta materia prima que vienen de otros mercados. La renegociación de los contratos ha terminado en un arbitraje internacional entre la compañía estatal argelina y la gasista.
Pero aún quedaba el enfrentamiento más agrio del año. El 3 de septiembre Sonatrach decidía rescindir el contrato firmado con Gas Natural y Repsol YPF en 2004 para desarrollar el proyecto de Gassi Touil, que preveía una inversión total de más de 5.100 millones de euros durante treinta años.
La empresa argelina alegó incumplimientos de las dos empresas en sus obligaciones que habían supuesto retrasos e incrementos de costes muy importantes en el desarrollo del proyecto. La ruptura del contrato provocó las protestas de las empresas adjudicatarias que exigen una compensación por los daños y perjuicios derivados del lucro cesante causado por lo que consideran una «apropiación» del proyecto gasista.
Tras la ruptura, el Gobierno expresó su «malestar» por la decisión y su intención de hacer todo lo que estuviera en su mano para solucionarlo mientras que el Partido Popular atribuyó la decisión de Sonatrach a la «pésima» política exterior del Ejecutivo.
Las partes han llevado el conflicto a un procedimiento de arbitraje internacional, cuya primera vista se celebró el pasado 25 de noviembre, y cuya resolución podría prolongarse varios meses.