Tiempo de augurios e incertidumbres

La caída de la Bolsa de las eléctricas sacude el mundo financiero. Peor que una mala noticia es una incertidumbre, y más una incertidumbre con mala noticia. Consenso entre los analistas financieros sobre el riesgo regulatorio y la falta de seguridad jurídica en nuestro país y la preocupación derivada de la misma para el sector energético. Todas las eléctricas sufren castigos muy pronunciados en bolsa, desde la decisión de la publicación del Decreto Ley para la detracción de derechos de emisión entre 2008 y 20012. Informes muy duros empiezan a ser distribuidos en los círculos especializados por las empresas de análisis y bancos de negocios. En paralelo, se produce la salida a bolsa de Iberdrola Renovables y los valores de los operadores de red y transporte de gas y electricidad Enagás y Red Eléctrica, suben como la espuma, también consecuencia de las decisiones regulatorias en ciernes. Lo que está claro es que el mundo financiero alrededor de la energía está muy muy movido y todo ello en un año de montaña rusa, dada la afición a sentir poder utilizando la regulación.

La CNE pide que se elimine el límite de 1.200 MW en la fotovoltaica y se mantenga su modelo retributivo. Las energías renovables también están sujetas a la variación continuada de su marco retributivo estando a merced de la actualización de los cálculos del déficit tarifario o de los impactos de las regulaciones que se envían sin memorias económicas que la soporten y van ‘sorprendiendo por su resultado’. Si recordamos todo lo que rodeó en su momento el R.D. 661/2007 la fotovoltaica evolucionó notablemente con respecto al modelo anterior. Y, poco duró la alegría en el sector, cuando en verano, mediante corrección de errores se redujo el plazo para la sujeción al sistema retributivo que preveía este Real Decreto. Como no era sostenible un cambio por un procedimiento tan atrabiliario, se volvió a restablecer el plazo inicial, pero a cambio, se comenzó a elaborar una retribución sustitutiva para el sector fotovoltaico que desató las alarmas del sector. Vuelven los viejos fantasmas: inseguridad jurídica, inestabilidad regulatoria. Ayer la CNE solicitó al Ministerio de Industria estabilidad en el sector fotovoltaico, el último afectado por el rigodón y movimiento pendular de impulso a estas tecnologías y de terror al diseño de un marco estable y predecible para el sector (para este y los demás). Las negociaciones han sufrido fuertes parones, reveses, retrasos y los envites a los que estamos acostumbrados. La noticia del Consejo de Administración de la CNE no debe ser muy del agrado del Secretario General de Energía, evidentemente.

La tarifa eléctrica del 2007 se apaga. Los datos del IPC (una elevación del 4,1%) confirman como la tarifa eléctrica estática de 2007 ha disminuido en términos reales, al haber subido la inflación prevista. Hay que tener en cuenta que entre el mes de octubre y noviembre, la subida del precio de la energía en el mercado mayorista de electricidad ha sido del 30%. El efecto del déficit predictivo y favorable dada la climatología del año metereológico anterior desaparece y empiezan a subir los precios, aunque nos seguimos situando en la banda más baja de toda Europa. Las soluciones: no hacer ajustes, no afrontar la realidad, como en aquellos años de la ‘contabilidad creativa’: utilizar el BOE por sorpresa, erosionar los ingresos de las eléctricas y a la par que se suben los ingresos del transportista único. Todos los demás seguirán recibiendo señales de precios basadas en el dispendio con respecto a los ciudadanos europeos. ¿Para cuando, que se acabe tanta indolencia, el fin de las tarifas políticas y del uso político de las mismas?.

Biocarburantes, subida de la retribución de REE, apagón de Barcelona, distribución eléctrica. A la CNE se le acumula el trabajo. Fin de año lleno de temas abiertos en el sector energético. Desde la nueva regulación de los biocarburantes, la retribución del transporte de electricidad (la anunciada subida de la retribución para Red Eléctrica), las consecuencias regulatorias del apagón de Barcelona (que casualidad, que sigan pendientes y a la vez se tramite la subida de los ingresos del transportista y monopolista único, Red Eléctrica), así como el modelo retribución de la distribución, tantas veces postergado y tan fuertemente criticado. Sin contar, con las investigaciones por la indisponibilidad que dio lugar al apagón de los grandes consumidores con contratos de interrumpibilidad y otros flecos. Y el tema, más intrigante, es que van a decir sobre las tarifas del 2008, después del informe que emitieron los servicios técnicos. Tiempo de vértigo regulatorio, total para que luego se regule por Decreto Ley. ¿Para eso son el Lope de Vega de la regulación energética?