Del leninismo y los derechos de emisión

Primero, lo jurídico. El Real Decreto Ley para detracción de los derechos de emisión pasará seguramente a la esfera jurídica, como un paso más hacia la inseguridad y la inestabilidad regulatoria que preside el sector de la energía. En primer lugar, porque todavía queda la necesidad de ‘refrendo’ en el Parlamento de esta medida (el trapicheo de finales de los presupuestos generales del estado puede conseguir cualquier cosa, al igual que puede echarlo para atrás, si triunfa la racionalidad). En segundo lugar, porque incluso refrendado, por la vía que sea, existen vías jurídicas hasta llegar al Tribunal Constitucional y la Comisión Europea (y, lo que es más claro, jurisprudencia a tal efecto para echar para atrás una medida jurídica que no justifica su urgencia, dado que es para el período ostensiblemente largo, el 2008-2012, con unos precios de la energía actualmente más bajos que en Europa y, cuyo problema principal realmente, es que no se ha sabido trasladar debidamente en tiempo y forma a los consumidores).

¿Giro al centro o viraje hacia el leninismo energético?. El sábado el diario El País, publicaba las consignas para el giro al centro del Partido Socialista Obrero Español. Serenidad, tranquilidad, estabilidad. En lo político, en lo económico, en lo social. Menos en la energía, como han podido comprobar. La solución empleada por Industria para atajar el déficit tarifario y el crecimiento de la tarifa fruto de que están creciendo los precios de la electricidad en el mercado de generación, parece que va por lo que se puede denominar como leninismo energético. Lo contrario a la estabilidad y la seguridad jurídica. Intervencionismo sin tapujos, ni cortapisas. La solución estaba en contar con buenos gestores, con peso político, responsabilidad, conocimiento y respeto en el sector. No en utilizar el Boletín Oficial del Estado contra las empresas e intervenir directamente en el mercado. Por tanto, la solución que adopta la actual Administración energética s un mercado sin mercado, o mejor dicho vaciar un mercado, intervenirlo, ponerle muchas excepciones, fortalecer a un planificador central y absoluto, que ordene a las empresas que tienen que hacer, cuando, cómo y a qué precio. Ocurrencias como las casaciones de ofertas, la detracción de derechos de emisión, la eliminación de la garantía de potencia o cosas así. En consecuencia, contamos hoy ya con uno de los mercados eléctricos más intervenidos del mundo, habiendo sido uno de los países que más liberalizó en su momento. O sea, el leninismo, practicado y promovido por unos cuantos que gozan de su poder de influencia en esta Administración (así se les denomina en las esferas sectoriales). Lo que está claro es que este Gobierno resiste todo, una Ministra de Fomento, cuasi recusada y un Secretario General de Energía, alineado contra el conjunto del sector. Es el salvoconducto del final de la legislatura. Barra libre, por tanto.

Tengan miedo, mucho miedo. La detracción de derechos de emisión en el sector eléctrico parece que ha puesto en cuestión la semántica de las palabras. Lo de la asignación ’gratuita’ de derechos. Hay que tener en cuenta que los derechos de emisión se distribuyen entre las instalaciones de nueve sectores de actividad señalados por una Directiva Europea y la mayor parte de ellos, están bajo el halo magnético del Ministerio de Industria. Son sectores a los que se les asigna por parte del Ministerio de Medio Ambiente ‘derechos gratuitos de emisión’ de un gas efecto invernadero que es el carbono en su Plan Nacional de Asignaciones (PNA): la cerámica, el cemento, el refino de petróleo, por ejemplo. ¿Quiere decirse que se les va a descontar a los españoles los derechos de emisión del precio de las gasolinas (ahora que están subiendo los carburantes de manera acelerada por el precio del petróleo), o que se va a descontar el precio de los derechos de emisión correspondientes al cemento y a los azulejos en las viviendas y en la obra civil (ahora que empieza a desinflarse la construcción y el mercado inmobiliario)?. Los españoles tienen derecho a gasolinas más baratas por el procedimiento que sea y a que los pisos cuesten menos. ¿A que no se le había ocurrido esto a la Ministra de la Vivienda? Parecen pintorescos, pero es lo mismo que lo que ha articulado el Secretario General de Energía con este Decretazo. Nadie ha señalado hasta el momento en el carácter discriminatorio de la medida, con otros sectores, pero es otro frente abierto a partir de un nuevo territorio abierto: concurso de ideas felices para bajar el coste de la energía o de lo que sea.

De la inseguridad jurídica y sus consecuencias. La publicación por vía acelerada del decretazo de la detracción de derechos de emisión del sector eléctrico también debe encender muchas alarmas. Seguramente más de uno se puede poner en cuestión cuales son las formas mediante las cuáles se actúa en un sector como el energético en nuestro país. Por ejemplo, los nuevos accionistas italianos de Endesa, Enel, que ven como les invitan a venir a un país, donde en menos de dos meses, se retira la garantía la potencia y se detraen los derechos de emisión asignados gratuitamente. ¿Quién se animará a invertir en el sector energético en España?. No sabemos si se arreglará el déficit tarifario, pero lo que está claro es que hay que esperar a tiempos mejores para invertir.

La crónica del decretazo La crónica oficial del decretazo de detracción de derechos no tiene desperdicio. El sábado por la mañana el rotativo económico madrileño Cinco Días publicaba una crónica en la que se podían percibir muchos matices. En primer lugar, volvemos a las explicaciones psicologistas, casi de diván, como lo de : el Ministerio de Industria sufría de un “temor” (sic) regulatorio y por ello el “Consejo de Ministros” lo dejó resuelto con la aprobación de este “Real Decreto Ley”. ¿Industria se desentiende de esta medida y culpa a todo el gabinete Zapatero de la misma? ¿Era consciente el Ministerio de Economía? . Y habla también de ‘las ocultas intenciones de Industria’, por las que el Ministerio anticipaba un nuevo conflicto con las eléctricas, dado que las mismas también que desconocían la medida. ¿Hay pruebas mayores de cómo no se debe hacer algo en un sector de la economía? Consecuencia: parece que en los medios se conoce de antemano hasta las reacciones de los agentes económicos contadas en tercera persona. No se trata tanto de que exista una información anticipada, sino de cómo parece que desde fuentes oficiales se ha querido jactarse en público de haber metido este gol por la escuadra a las empresas.

Vivir para ver.