La OPEP se reúne dividida sobre un posible aumento de la oferta

La OPEP se reúne en Abu Dhabi dividida entre quienes quieren aumentar los suministros de crudo en al menos 500.000 barriles diarios (bd) y los que prefieren dejar todo como está ante la incertidumbre sobre la economía mundial y la gran volatilidad de los precios actuales.
En vísperas de la 146 conferencia ministerial de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), la situación recuerda la de la última reunión del grupo, el 11 de septiembre en Viena, cuando Arabia Saudí se impuso al resto de sus socios con su propuesta de incrementar la cuota oficial de producción de 25,8 a 27,5 millones de barriles diarios (mbd) a partir de noviembre.
El aumento real del bombeo fue menor, de 500.000 bd, puesto que los miembros del grupo ya estaban produciendo por encima de la cuota conjunta de producción de diez de los países miembros (todos menos Irak y Angola).
Según un cálculo publicado por la consultora especializada PVM, en noviembre ese grupo bombeó 27,27 mbd, mientras que con las extracciones de Angola, Irak y Ecuador (éste último se reintegró en la OPEP en octubre, tras 15 años de ausencia), la producción total de la organización alcanzó los 31,88 mbd.
Los comentarios de los ministros de los países miembros que llegaban a Abu Dhabi han sido casi idénticos a los de entonces: no hay escasez de crudo, la oferta es abundante, los altos precios se deben a factores ajenos a la oferta y la demanda. La diferencia es que la cotización del barril de crudo estaba entonces a menos de 80 dólares por barril y ahora ronda los 90 dólares, después de haber batido el récord de 99,29 dólares -el crudo de Texas (WTI), de referencia en EEUU– el 21 de noviembre.
Pero la OPEP se ha desentendido de esta escalada de los precios, relacionándola con una gran actividad de los especuladores en los mercados de futuros desencadenada por la fuerte depreciación del dólar y los conflictos en torno a Irán, Irak o Nigeria, así como la incertidumbre generada por la crisis hipotecaria en Estados Unidos.
«No tenemos nada que ver con los precios», dijo el ministro saudí de Petróleo, Ali I. Naimi, a su llegada, pero según fuentes oficiosas Arabia Saudí, líder del grupo como mayor exportador mundial de crudo, aboga por volver a abrir las espitas para contribuir a bajar el valor del petróleo y frenar la inflación en los países consumidores, que podría afectar a la demanda energética.
Un delegado que pidió el anonimato dijo a los periodistas que en las negociaciones se discutían dos opciones: dejar las cosas como están hasta la próxima reunión o elevar la producción en 500.000 bd como medida política, «sólo para evitar que la OPEP sea acusada de ser la responsable del aumento de los precios (del crudo)».
Naimi dijo que «todas las opciones están abiertas» y que sólo, tras el estudio de los últimos datos del mercado, se conocerá el resultado de la reunión.
«Vamos a ver las cosas con cuidado porque creemos que hay bastante petróleo en el mercado», señaló el ministro venezolano de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, y añadió que «el precio (del crudo) cayó un 11 por ciento en pocos días. Es una clara indicación de la especulación». Venezuela -junto a Argelia, Ecuador, Qatar, Irán y Libia– integra el grupo de países que han expresado su oposición a subir la oferta. El delegado libio, Shokri Ghanem, estimó que actualmente el mercado está equilibrado y no requiere barriles adicionales, aunque reconoció que esa visión no abarca la situación futura y destacó que «si el mercado necesita petróleo, le daremos petróleo».
También los observadores del sector estaban divididos entre los que vaticinaban que la OPEP dejará todo como está y quienes aseguraban que no tiene otra opción que elevar su bombeo, ante las presiones de las naciones consumidoras y la temporada de alto consumo de crudo que se avecina con el invierno boreal.
«Dudaría que realmente haya una decisión de incremento (de la producción), y si la hay no va a ser exagerada», dijo el analista mexicano Raúl Cardoso, asesor de la estatal mexicana Pemex.
Su compatriota Alejandro Barbajosa, del semanario especializado Argus Media, apostó por que la OPEP incremente la oferta en 500.000 barriles diarios como medida política.
«Nadie sabe cómo va a evolucionar la economía en los próximos dos meses y sería prematuro hacer algo ahora», opinó el analista independiente Kamel Al-Harami, mientras que su colega John Hall dijo esperar «un anuncio de que la producción subirá un millón de barriles diarios», pues de lo contrario los precios romperán la barrera de los 100 dólares por barril.