El crudo cierra al alza la semana de récords en vísperas de la III Cumbre de la OPEP

El petróleo ha encadenado una nueva semana de volatilidad y récords históricos, manteniendo su amenaza de romper la barrera de los 100 dólares justo en vísperas de la tercera cumbre de Jefes de Estado que celebra la OPEP en su historia.
Entre los crudos de referencia, el Petróleo Intermedio de Texas (WTI) lideró una vez más la carrera alcista y llegó a venderse a 98,62 dólares/barril a mitad de la semana, aunque luego se moderó y terminó el viernes en Nueva York a 96,32 dólares por barril, apenas 0,39 dólares más que al cierre de la semana precedente.
El movimiento de los contratos de futuro de más próximo vencimiento (para entrega en diciembre) del WTI, el crudo de referencia para Estados Unidos, fue paralelo al barril de Brent, referencia en Europa, que tras superar los 95 dólares concluyó ayer a 93,18 dólares en Londres.
Mientras, el barril referencial de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), una mezcla de doce calidades de crudo, encadenó tres récords consecutivos esta semana y superó por primera vez los 90 dólares el miércoles, situándose tanto ese día como el siguiente, en los 90,71 dólares. Con ello, avanzó 3,10 dólares en una semana, lo que supone un encarecimiento del 3,5 por ciento.
En lo que va de noviembre, su valor promedia los 88,98 dólares, más del 12 por ciento por encima de la media de octubre (79,36 dólares), mientras que frente al promedio del primer mes de este año (50,79 dólares), el encarecimiento supera ya el 75 por ciento. No obstante, si se observa el promedio anual, la subida es mucho más moderada, pues va de 61,08 dólares en todo 2006 a 66,04 dólares en lo que va de 2007, y aún menor si se calcula su valor en euros u otras monedas fortalecidas frente al dólar.
Por otro lado, la fuerte depreciación del dólar no sólo mitiga el impacto de la subida para los consumidores en países con monedas desligadas del billete verde, también reduce la capacidad adquisitiva de los ingresos que perciben los exportadores de crudo.
Con todo, el mundo está cada vez más preocupado por la imparable subida de los precios del «oro negro», paralela a la del oro «amarillo» y otros metales y materias primas, y los mercados centrarán esta semana su atención en Riad, donde se han dado cita los Jefes de Estado de los trece países miembros la OPEP.
Se trata de la tercera cumbre de Jefes de Estado que celebra la organización desde que fue fundada por cinco países en 1960 en Bagdad, pues la primera reunión de este tipo tuvo lugar en Argelia en 1975 y la segunda en Venezuela, en 2000. En principio, la agenda de la reunión convocada para el 17 y 18 de noviembre, no prevé tratar eventuales reajustes de la producción, un asunto reservado a las conferencias de ministros de Petróleo y Energía, como la prevista para el 5 de diciembre en Abu Dhabi.
No obstante, en el sector no se descarta que el problema del precio del crudo y su relación con el dólar, así como con otros factores que lo determinan, sea tratado en la reunión preparatoria de ministros de Exteriores, Petróleo (y Energía) y Finanzas de los países participantes, que se celebrará en Riad previa a la cumbre.
En vísperas a esta cita han aumentado las presiones de las naciones consumidoras, principalmente Estados Unidos y la Unión Europea, para que el grupo abra sus espitas lo antes posible. Sin embargo, el último aumento de la producción conjunta de la OPEP, de 500.000 barriles diarios, entró en vigor el pasado día 1 sin lograr su objetivo de frenar la carrera alcista de los precios.
La OPEP, que según los datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE) controla cerca del 42 por ciento de la producción mundial de crudo, asegura que en el mercado no hace falta más crudo.
«Los mercados están bien abastecidos de crudo, el alto precio no tiene nada que ver con una escasez de petróleo», dijo el secretario secretario general de la organización, el libio Abdalá El-Badri.
Al hacer esa declaración al diario vienés «Der Standard«, El-Badri atribuyó el actual descontrol de los precios a los especuladores financieros en los mercados de futuros e instó a Occidente a tomar medidas para frenarlos. «Son necesarios controles más estrictos, hay que poner un freno a los especuladores», dijo El-Badri.