El petróleo supera los 90 dólares en vísperas del invierno boreal

La extrema inestabilidad causada por los conflictos en Oriente Medio y la incertidumbre sobre los efectos de un debilitamiento de la economía en Estados Unidos han dado un nuevo impulso a los precios del petróleo, que continuaron esta semana con su imparable escalada de récords históricos.
El barril del crudo Brent para entrega en diciembre, la referencia en Europa, marcó ayer un nuevo máximo histórico de 89,30 dólares, antes de concluir la sesión en el Intercontinental Exchange Futures de Londres a 88,69 dólares. Esa cota inédita en el valor del cierre superó en 1,21 dólares al valor del jueves y en 7,55 dólares al del viernes anterior, lo que supone un aumento del 9,3 por ciento en la semana.
Paralelamente, el crudo de Texas para entrega en diciembre, referente en EEUU, superó ayer por primera vez los 92 dólares, antes de terminar en 91,86 dólares en la Bolsa Mercantil de Nueva York. Así, este crudo de alta calidad encadenó también un nuevo récord en su precio de cierre, con una subida de 1,40 dólares respecto al de la jornada anterior y de 3,26 dólares frente al viernes precedente, un alza semanal del 3,7 por ciento que se suma al 9,2 por ciento de la semana anterior.
El precio del barril de crudo que usa la OPEP como referencia se mantuvo toda la semana por encima de los 80 dólares y va en camino a cerrar este mes con una media de 78 dólares, cuando empezó el año en los 50,79 dólares como promedio mensual en enero.
Los observadores destacan cada vez más el paralelismo de la escalada de los precios del petróleo y de otras materias primas con la subida del valor del euro frente al dólar, que ayer tocó también un nuevo máximo de 1,4394 dólares, impulsado por las expectativas de que bajen los tipos de interés en Estados Unidos.
Si se mira la evolución en los últimos años, es evidente que el precio del petróleo prácticamente no ha hecho otra cosa que escalar desde que el euro comenzó a funcionar como divisa internacional, tras ser introducido el 1 de enero de 2002. Refleja ese movimiento la gráfica publicada en la página web de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) sobre el desarrollo del precio, que muestra una curva continua al alza.
La cotización media del crudo del barril de la OPEP fue en todo 2002 de 24,36 dólares, subió a los 28,10 dólares en 2003, a 36,05 dólares en 2004, a 50,64 dólares en 2005 y a 61,08 dólares en 2006, mientras que en lo que va de 2007 se sitúa en los 64,94 dólares. Pero el impacto de la subida está mitigado para los consumidores en los países con monedas apreciadas frente al billete verde, como el euro y el yen, mientras que en varias economías asiáticas los productos petroleros están subvencionados por el Estado.
Ambos elementos explican en parte que la demanda mundial de «oro negro» se mantenga vigorosa a pesar del sostenido encarecimiento de esa materia prima
Para la consultora vienesa PVM, además de la especulación, son varios los factores que esta semana conjugaron para impulsar los precios, empezando por un considerable e inesperado descenso de los inventarios de crudo en Estados Unidos, el mayor mercado de consumo petrolero en el mundo. A ello se añaden los problemas geopolíticos en Oriente Medio y en Nigeria que pueden afectar al suministro en momentos en que se teme ya que la oferta sea muy ajustada durante el invierno boreal, cuando aumenta la demanda de crudo debido al mayor consumo de combustible para calefacción en el norte del planeta.
La amenaza de Turquía de desplegar una masiva incursión militar en el norte de Irak para combatir a los guerrilleros del separatista Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK) no sólo puede afectar a los suministros de crudo iraquíes que salen del conflictivo país árabe por la frontera con Turquía. El temor que despierta este conflicto es que pueda desestabilizar aún más la ya delicada situación en Oriente Medio, región de donde procede un tercio del abastecimiento petrolero del planeta.
Otro factor alcista es la decisión de Estados Unidos, anunciada el jueves, de imponer nuevas sanciones económicas contra Irán, cuarto exportador mundial de crudo, que afectarán a las empresas de diversos países que comercian con el país.
A ello se añadió esta semana el cierre de puertos de exportación de México debido al mal tiempo, causante de uno de los peores accidentes en las plataformas petroleras de la empresa estatal Pemex, con 21 muertos.
Con este panorama y la perspectiva de que la demanda energética seguirá creciendo con fuerza a nivel mundial, el aumento de la oferta de la OPEP de 500.000 barriles diarios pactado en septiembre y que entrará en vigor el 1 de noviembre es percibido en los mercados como demasiado poco para aliviar las presiones alcistas.