De la liquidación del 2006 en el albero y otras cuestiones de la inmediata actualidad

Sin noticias del 2006. El anuncio de la liquidación del 2006 publicado en días anteriores, pendiente de que se sustancie. Todavía queda por saber la forma en que se detraerán los derechos de emisión de la tarifa eléctrica. Sabido es que por alternativas no será. Desde eliminar las operaciones bilateralizadas del cómputo, incorporar a la energía hidráulica y nuclear (tecnologías no emisoras y, por tanto, no receptoras de derechos. Queda que desde Energía se incorpore una visión más social todavía, ahora que estamos en los tiempos del ‘chequé bebe’ que podría ser el ‘cheque Kioto’: que se distribuyan los derechos de emisión obtenidos por la tarifa, a otros sectores (incluso no energéticos) de la Directiva Marco o a las Comunidades de Regantes. Tampoco se conoce el cierre definitivo de las operaciones bilateralizadas o las consecuencias del famoso informe de Red Eléctrica sobre el déficit tarifario 2006 y la ‘caza’ de responsables.

Biocarburante: lecturas políticas del comportamiento internacional. Con la noticia que publicamos ayer sobre la reducción de las ayudas públicas por parte de la Comisión Europea a los cultivos para los biocarburantes, aumenta el escepticismo que sobre este tipo de combustibles habían ido señalando organismos como el Fondo Monetario Internacional, la OCDE y la AIE, en informes diferentes. Los estudios señalan como ineficientes las ayudas a estos cultivos, y en muchos casos, se habían visto como forma artificial de mantener el ‘agro’ en muchas zonas geográficas (la verdad es que artificialmente no hay que mantener nada). Todo ello en medio del proceso de regulación de los biocarburantes en el que estamos, y que establece instrumentos diferenciados para potenciar el bioetanol y el biodiesel, lo que también se traduce en efectos para sus cultivos diferenciados.

El gobierno se entrega a Sonatrach. La diplomacia del gas natural desarrollada por el gobierno argelino, ha tenido sus efectos: el gobierno ha levantado el límite de comercialización que fijó para Sonatrach y entra hasta la cocina. Gas Natural es la gran afectada por las decisiones del Gobierno en este sentido y no levanta cabeza desde que se frustró la OPA sobre Endesa, al menos en el plano de su relación con las autoridades de Industria. Es al mismo tiempo la consecuencia de una diplomacia a cinco bandas como la española, frente a la rocosa unicidad de visión de los argelinos y la experiencia en procesos negociadores: en cada envite, se consigue algo. Una vez, llegados a este punto, es cuando se empieza a hablar de reciprocidad, después de todo lo que ha pasado.

Fotovoltaica y especulación: un mensaje deliberado. Parece que existe un interés explicito por unir estas dos palabras. El hecho de que estemos viviendo en un ‘boom’ de la energía fotovoltaica, casi comparable con lo que en su momento se denominó ‘capitalismo popular’, de forma que otros sectores como el inmobiliario o la construcción estén invirtiendo fuertemente en estos sectores, parece que está subvirtiendo la visión sectorial y regulatoria, con todos los matices peyorativos que la propaganda hace hacia el ‘ladrillo’. Evidentemente, sectores con liquidez se han podido ver atraídos por la regulación resultante del R.D. 661/2007, pero no es menos cierto, que ésta debería haber sido más reflexionada, incorporando las memorias económicas y previsiones de impacto en su momento, evitando la movilización regulatoria permanente en la que vivimos. Y si no, el famoso intento veraniego de modificar por corrección de errores, los períodos de referencia para los proyectos fotovoltaicos de acuerdo con el PER y su acogimiento al modelo retributivo de acuerdo con el papel de la CNE en su control y el marco recién fijado en aquel momento (en el fondo, sigue recién fijado, pero ya ven). Es imporante separar el grano de la paja: la necesidad de estabilidad regulatoria, el marco razonable de apoyo económico a las energías renovables, el temor a los corrimientos financieros entre sectores, la necesidad de estudiar y anticipar los resultados económicos de la regulación. Si no, seguiremos igual. Como los hámsters, en la rueda.