El déficit predictivo (ex ante) o la tarifa real vs. tarifa nominal

El voto particular del Vicepresidente de la Comisión Nacional de Energía, Fernando Marti Scharfhausen y del Consejero Javier Peón (designados por el PP) contra la revisión de tarifas del cuarto trimestre es extremadamente duro con el mecanismo del reconocimiento del déficit tarifario ‘ex ante’ (antes de que se produzca): Incentiva el consumo, desmotiva la eficiencia de las empresas y hace más volátil el mercado eléctrico. En realidad, afirman que se reconocen los costes completos (tarifa real), pero que se difieren en futuros ejercicios con lo que se paga cada año (tarifa nominal).
Los votos particulares publicados dieciocho días después de la aprobación por el Consejo de la Comisión Nacional de Energía se han cebado sobre el mecanismo del déficit tarifario. Si ayer publicábamos el contenido de la explicación de voto del consejero designado por el Partido Socialista, Luis Albentosa, hoy nos centramos en el voto particular de los consejeros designados en su momento por el Partido Popular, el vicepresidente Fernando Martí y Javier Peón. Si Albentosa estimaba el efecto acumulado del mismo, Martí y Peón, se centran en la fuerte distorsión de un mecanismo que es único en la regulación comparada, el déficit ex ante (el reconocimiento de la insuficiencia tarifaria antes de que se produzca) es decir en base a las previsiones de costes.
Según Martí y Peón, el mecanismo implícito en el sistema de tarifas aprobado para el año 2007 que reconoce el déficit de la tarifa eléctrica antes de que se produzca (ex ante), está produciendo graves distorsiones en el sistema eléctrico y gasista español. Ambos señalan en su voto particular que el reconocimiento del déficit beneficia a los productores, al constituir una señal económica que incentiva el consumo.
Martí y Peón, aseguran que la CNE en sus conclusiones distorsiona esta critica al señalar en el voto mayoritario aprobado que ‘la CNE considera que las tarifas deben recoger los aumentos de los costes eficientes’, subrayando que los propios servicios del organismo indican que ‘los ingresos reales de las empresas del sector pueden beneficiarse del efecto positivo que puede tener el incremento de consumo debido a la señal distorsionada de precios bajos’.
Los dos Consejeros aluden al procedimiento para determinar el reconocimiento de los costes por Industria (utilizando una metodología que califican de desconocida y que atacan fuertemente en su consideración cuarta, en la medida que la CNE hace suyas las proyecciones del Ministerio, que señala como fuente la CNE, paradójicamente), señalan los efectos sobre el sector de comercialización, reduce el incentivo a la eficiencia de las empresas (dado que reconoce ya los costes de las mismas, por lo que no se ven ‘apremiadas’ a mejorar), cuestionan que el precio de la electricidad pueda contribuir al ahorro y eficiencia energética y destacan que la ‘seguridad jurídica’ para el pago de estos costes, es inseguridad regulatoria para el mercado eléctrico y los consumidores.
En definitiva, consideran que el mecanismo del déficit no es otra cosa que un procedimiento para diferir de forma automática al futuro el cobro de unos costes que se reconocen en su totalidad a los agentes ahora, pero que no se tiene la seguridad de que hayan sido absolutamente eficientes, porque partieron de una ‘previsión ‘ y no de una comprobación de los mismos.
Del mismo modo, señalan los costes reales del semestre vencido estaban sobrevalorados, comprobando un efecto de mayor volatilidad en la tarifa regulada, advirtiendo de que no he previsto el tratamiento de los superávit de tarifa frente a las previsiones que determinan el déficit reconocido a partir de las previsiones (‘ex ante’), lo que perjudicaría a los consumidores, señalando que el déficit reconocido inicialmente comienza suponer un porcentaje muy significativo de la tarifa total, de mayores proporciones que el déficit calculado tras las liquidaciones.
Lo que parece evidente es que el mecanismo del déficit tarifario esta fuertemente cuestionado, y por si fuera poco, la versión predictiva del mismo, el déficit ‘ex ante’ concita críticas cada vez más intensas y de mayor alcance, que más allá del posicionamiento político revelan la perversión del mecanismo.