El Este europeo depende del gas ruso pero diversifica sus fuentes energéticas

La diversidad en el uso de las fuentes de energía y la unánime dependencia del gas ruso son las principales características del panorama energético de Europa Oriental y los Balcanes, una región que vive un crecimiento económico de entre el 3,5 y el 4 por ciento anual.
Un ejemplo de esta diversidad es palpable en Rumanía y Bulgaria, que confían en satisfacer su creciente demanda fomentando la energía nuclear y aún dependen en gran parte del carbón, mientras Austria ha renunciado al átomo y, junto con Croacia, Eslovaquia y Eslovenia, ha puesto sus ojos en las fuentes renovables.
Rumanía, el mayor país balcánico, satisface con fuentes energéticas propias un 65% de su consumo, importa el 35% restante, y se propone llegar a la independencia energética total antes de 2015, conforme a la estrategia del Gobierno.
Los hidrocarburos representan el 59% del consumo (37,9% gas y 21,1% petróleo), el carbón el 21%, la energía nuclear y la hidroeléctrica el 9,3%, y el 10,7% restante a otras fuentes renovables. En el total de las importaciones, los hidrocarburos representan el 46,6 por ciento y en un 70 por ciento proceden de Rusia.
Para llegar a la independencia energética Rumanía necesita invertir 35.000 millones de euros y se propone desarrollar los recursos renovables, hidroeléctricos y nucleares.
La central nuclear de Cernavoda proporcionará con su reactor II a partir de otoño el 18 por ciento de la energía del país, al tiempo que hay un concurso internacional abierto para la construcción de los reactores III y IV del mismo complejo.
Petrom es la principal petrolera rumana, controlada por la empresa austríaca OMV, seguida de la privada Rompetrol, vendida a KazMunaiGaz, perteneciente al Estado de Kazajistán, mientras que Romgaz es el mayor consorcio de gas natural.
Bulgaria importa alrededor del 70 por ciento de los recursos energéticos primarios y trata de fomentar la energía nuclear. El país importa sobre todo de Rusia gas natural, combustible nuclear, carbón y petróleo.
En 2006 la central nuclear de Kozloduy, situada en la ribera del Danubio, generó el 42 por ciento de la energía eléctrica, otro 48 por ciento procedió de centrales termo-eléctricas y un 10 por ciento de las hidroeléctricas.
Bulgaria, que durante muchos años fue el principal exportador de energía eléctrica en los Balcanes, tuvo que cerrar entre 2002 y 2006 cuatro bloques de su central nuclear de Kozloduy como requisito para entrar en la UE, lo que dejó a la vecina Albania en una precaria situación de suministro, visible en los frecuentes cortes eléctricos que sufre hoy.
Sin embargo, Bulgaria seguirá fomentando la energía nuclear por lo que está construyendo una segunda central nuclear, la de Belene, también situada en la ribera del Danubio.
Allí, la compañía rusa Atomstroyexport construirá, junto con la francesa Areva y la alemana Siemens, dos bloques de 1.000 megavatios, cada uno, que deben entrar en funcionamiento en 2013 y 2014, respectivamente. El sector de la energía está dominado por empresas estatales como la Compañía Nacional de Electricidad (NEK), Bulgargaz y NPP Kozloduy.
En Austria la decisión de abandonar el uso de la energía nuclear a finales de los años 70 y el uso creciente de las energías renovables son dos características notables del sector energético.
En 2005 las energías renovables suponían más del 25% del consumo del país. El 30% del total de la energía de Austria se obtiene de fuentes internas, de forma destacada -un 60 por ciento del total de la producción eléctrica- de las centrales hidroeléctricas.
El sector eléctrico austríaco prevé invertir hasta el año 2015 11.500 millones de euros para hacer frente al crecimiento de la demanda. También aumentará la dependencia del gas natural, que crecerá un 30 por ciento hasta 2020, hasta 2 millones de metros cúbicos.
Las mayores compañías de energía son la petrolera OMV, líder del sector en Europa Central y Oriental, y la eléctrica Verbund, controlada por el Estado. La fusión entre ambos gigantes se frustró a finales de 2006.
En la República Checa el temor a una futura insuficiencia energética está alimentado por la importancia del sector industrial y aún existe una fuerte dependencia de las reservas de carbón. Los checos tuvieron en 2005 una producción neta de electricidad de 76.192 gigavatios/hora, de la cual el 65% fue generada por estaciones térmicas (carbón y gas), el 31% por nucleares y el 4% por hidroeléctricas.
El 71,1% de la importación del crudo procede de Rusia y el 18,7 de Azerbaiyán. De gas natural se importaron 9.359 millones de metros cúbicos, en su mayoría también de origen ruso, mientras que una cuarta parte procedió de Noruega.
La reciente puesta en marcha de la central nuclear de Temelin, cerca de la frontera con Austria, permitió al país exportar en 2005 el 28% de la energía que generó, mientras que importó un 11% del exterior.
Eslovaquia prevé en su nueva Estrategia de Seguridad Energética, presentada el 28 de septiembre pasado, una inversión de unos 17.650 millones de euros hasta el 2030. De ese importe, un 36 por ciento, o 6.354 millones de euros, irá destinado a energías renovables, un 30 por ciento, o 5.295 millones, a centrales nucleares, y un 11 por ciento, o 1.941,5 millones, a térmicas.
La estrategia gubernamental prevé que Slovenske Elektrarny (SE), filial de la italiana Enel, acabará el tercer y cuarto bloque de la planta nuclear de Mochovce. Actualmente, el 60 por ciento de la electricidad que se surte a red es de procedencia nuclear. Para aumentar la capacidad atómica e hidroeléctrica, el Gobierno espera la entrada de otros grupos inversores como el alemán E.ON.
El grupo español Eólica de Navarra trabaja en un proyecto de parques eólicos, aunque la capacidad que quiere instalar en sus parques no supera los 100 MWh.
En Hungría las mayores fuentes de energía son el gas, con un 38,2% y el petróleo con el 34,1%; siguen la nuclear con el 11,2% y el carbón con el 10,8%, según los datos del ministerio de Economía de 2006.
Hungría consume anualmente unos 14.000 millones de metros cúbicos de gas y su dependencia de las importaciones alcanza el 80 por ciento, de los que el gas ruso cubre el 70 por ciento del total.
En el mercado de petróleo las dos empresas más importantes son la húngara MOL y la austríaca OMV, que pretende comprar a su competidor húngaro mientras el Gobierno de Budapest respalda a su mayor empresa en su negativa a caer en manos austríacas. MOL controla el 37,2 por ciento del mercado húngaro, mientras que OMV tiene el 16,9%.
En lo que se refiere a las energías renovables su porcentaje aumentará hasta el 5,75 por ciento en 2010; actualmente se sitúa en un 2 por ciento.
Croacia importa actualmente en torno al 50% de su energía y para prevenir la posibilidad de que en 2025 alcance el 80% de sus necesidades se planean grandes inversiones.
Las principales fuentes energéticas son el gas natural (40%), hidroeléctrica (32%), el petróleo (20%), la biomasa (7,5%) y otras fuentes renovables (0,1%), según datos del Ministerio de Economía, que prevé reducir hasta 2030 el uso de los combustibles fósiles al 25% en favor de fuentes renovables.
La compañía croata INA (52% propiedad estatal, 25% en manos de la húngara MOL) cubre con producción propia el 60% del consumo anual nacional del gas natural y el resto lo importa de Rusia.
Las necesidades de electricidad se cubren en un 85% de producción propia por el consorcio nacional estatal HEP, que genera un 50% de su producción de energía hidroeléctrica y es copropietario de la central nuclear de Krsko (Eslovenia). INA cubre con producción propia de sólo entre el 20% y el 25% de las necesidades croatas de petróleo.
Eslovenia tiene que satisfacer en torno al 50% de sus necesidades energéticas con importaciones. El Programa Nacional de Energía para el período 2004-2014 dedica especial atención a la promoción de la eficiencia energética y el aumento de la energía renovable. En 2004, el carbón seguía representando el 22% de las necesidades energéticas, la energía nuclear, el 20%, y las energías renovables, un 6,7%.
La principal compañía de gas es Geoplin, la principal petrolera Petrol, y las industrias eléctricas ELES y Holding Slovenske elektrane, todas en su mayor parte de propiedad estatal.
Grecia cubre sus necesidades energéticas en su mayor parte con petróleo (57,4%), seguido por el carbón (28,7%), gas (7,5%) y energías renovables (5,3%). De esas fuentes renovables, el 60,8% es biomasa, el 26,3% hidroeléctrica, la eólica es el 6,7% y la solar el 6,2%.
En 2005, tres leyes liberaron el mercado de energía (electricidad, gas natural y biomasa) que estaba hasta entonces monopolizado por la Corporación Pública de Energía griega (DEH). Actualmente, el Estado es dueño del 51 por ciento de las acciones de DEH y el resto está en la Bolsa.
Por su parte, los griegos importan gas natural desde Rusia y Argelia, manejado por la Corporación Pública de Gas Natural (DEPA), que tiene el monopolio de su distribución en Grecia.
En Serbia la reservas de gas y petróleo son simbólicas y constituyen menos del 1%, mientras que el 99% de los recursos son diferentes tipos de carbón, predominantemente lignito.
El lignito -con reservas totales de unos 13.350 millones de toneladas- representa el recurso energético más importante de Serbia, y la mayor parte de esas reservas -más del 76 por ciento- está en la provincia de Kosovo. El carbón cubre el 50,29% de las necesidades energéticas, el petróleo el 28,70%, el gas el 14,14% y las fuentes renovables casi el 6%.
El recurso energético renovable más importante de Serbia es la hidroeléctrica, seguida por la biomasa y recientemente se abrió una planta de producción de biodiésel con una capacidad anual de 100.000 toneladas.
Serbia se ha propuesto como objetivo para el futuro reducir la dependencia exterior, que en 2006 fue del 38,4% y para este año se prevé alcance el 42,75%.
La principal petrolera serbia es la empresa pública NIS, de la que se espera la apertura de un concurso para la privatización de menos de la mitad de las acciones.