Iberdrola tiene un potencial de revalorización en caso de operación ‘hostil’ de un 20 %

Complicaciones para Iberdrola. Mientras aún sigue ‘calentita’ la compra de Energy East, buscando ampliar negocio en EEUU y de paso ponérselo más difícil a los posibles ‘hostiles’ -con ampliación de capital incluida-, los acontecimientos de los últimos días sugieren que en la lucha por el control de la eléctrica vasca, ACS y sus posibles acompañantes aún no han dicho la última palabra. Lo único evidente a estas alturas es que ACS por si sola no tiene «músculo financiero» para poder tomar el control de Iberdrola, por lo que los análisis más recientes apuestan por un formato similar al que ha dado el éxito a Acciona para entrar en Endesa de la mano de Enel.
ACS podría haber estado ‘sondeando’ y ofreciendo la operación –a través de mediadores- a diversas eléctricas europeas interesadas. En esta partida, ACS jugaría el papel de Acciona y lideraría el asalto a la, a estas alturas, mayor eléctrica española.
Hacerse con el control de Iberdrola no es tarea fácil. En primer lugar por la elevada cotización que está adquiriendo. Los 40,87 euros con los que Iberdrola cerró ayer suponen una capitalización de 51.000 millones de euros. Este precio, sin embargo, no tiene en cuenta la prima que se debería pagar en caso de que una «opa hostil» intentará hacerse con el control de la compañía.
La mayoría de los análisis realizados en las últimas semanas tras la compra de Energy East coinciden en que Iberdrola a estos precios, y sin operación corporativa por medio, cotiza a unos precios muy «ajustados». De hecho se valora a Iberdrola en unos precios objetivos que van desde los 41 a 43 euros por acción. Por tanto con un potencial de revalorización respecto a valores actuales apenas apreciable y que en el mejor de los casos llegaría al 5%.
Prima del 20 %
El escenario que los analistas barajan bajo la hipótesis de que se esté preparando una operación corporativa sobre Iberdrola apunta a precios por acción que podrían suponer primas del 20 % por acción desde los precios objetivos actuales y que en los escenarios más optimistas para los compradores de iberdrolas supondría desembolsar 50 euros por acción. Es decir, Iberdrola valdría en bolsa unos 62.000 millones de euros. Palabras mayores. ACS debería desembolsar junto a su socio o socios unos 55.000 millones de euros por el resto de las acciones de Iberdrola que aún no controla la constructora.
En todo caso, 50 euros por acción es un precio objetivo en el que se centran los análisis como uno de los precios a pagar en caso de opa sobre la eléctrica, aunque muchos sitúan ese precio objetivo muy por encima.
La mejor defensa para Iberdrola es una gran capitalización bursátil. Capitalización de la que no todos los que han «sonado» como pretendientes de la eléctrica vasca disponen. Gas Natural valía a cierre de ayer 20.000 millones de euros, Suez 53.000 millones y RWE 42.700.
Esto indica, en definitiva, que la tan mencionada alianza de ACS y Gas Natural necesitaría otro invitado más al mantel. Quizá Suez o simplemente su máximo accionista Albert Frere, hombre avezado donde los haya.
La «prima-galán»
La dificultad para doblegar la voluntad de Sánchez Galán, que no se plantea abandonar el barco –y no estamos hablando precisamente el desafío español- parece haber destapado el interés de algunos, según indicaba ayer El Confidencial, en investigar de arriba abajo su vida privada y su situación financiera, con la aparente intención de dañar su credibilidad.
El curso está acabado y después de vacaciones será el momento de ver hasta qué punto hay realmente una operación fraguándose. Si es cierto que una de las partes implicadas es Gas Natural, las «vacaciones» son el momento preferido de trabajo para la gasista, que en el verano de 2005 ultimó los flecos de la oferta por Endesa que ésta hizo nada más comenzado el curso, en los primeros días de septiembre.
La existencia de movimientos que tratan de encontrar algún tipo de documentación, que pueda ser rentabilizada de forma mediática, revela que uno de los mayores escollos para llevar a cabo cualquier tipo de operación -a parte de la capitalización de Iberdrola- parece ser la figura de su presidente, que parece levantar tanto odios como admiraciones a partes iguales.
La defensa que pueda llevar a cabo Sanchéz Galán puede ser incluso más virulenta que la que en su momento y con distintos argumentos llevó a cabo Pizarro. Es por ello que algunos ya denominan, medio en serio medio en broma, al elevado precio que tendrán que pagar los que intenten hacerse con Iberdrola como la «prima-galán». En cualquier caso habrá que esperar a después de las vacaciones y estar atentos a los acontecimientos.