El desequilibrado pacto Acciona-Enel: vestigios de solución nacional

La solución española al caso Endesa aún tiene muchas incógnitas que despejar, entre ellas la de demostrar que se trata de una solución capaz de mantener el centro de decisión en territorio español o la de evitar un desmembramiento al que parece abocada la eléctrica.
Un pacto desequilibrado
El pacto al que llegaron Acciona y Enel para hacerse con Endesa da el poder y la última palabra en las decisiones en Endesa a Acciona. Sin embargo, al margen del pacto, el hecho es que con la opa planteada por ambas empresas –una vez concluida- el mayor peso accionarial recaerá sobre Enel, que podría llegar a adquirir un número de acciones que le daría hasta el 75 % de Endesa, mientras que Acciona, en el mejor de los casos, apenas rebasaría el 25 %.
Así, aunque el pacto entre Acciona y Enel se ha diseñado bajo liderazgo español, el fondo de la operación desvela que el accionista mayoritario de Endesa, si la opa finaliza con éxito, será Enel.
Es por ello que, si definitivamente la opa acaba con Enel adquiriendo un porcentaje de participación en Endesa muy superior al de Acciona, la situación será la de un pacto «desequilibrado» en el que Acciona ostentará el control mayoritario de Endesa, a pesar de que el máximo accionista será Enel. Un pacto, por tanto, difícil de mantener lejos del esquema actual en el que se enmarca la operación.
Acciona al límite
El problema para Acciona se encuentra en su limitada capacidad para poder afrontar la compra de un porcentaje de participación que iguale el que Enel aspira a conseguir en Endesa. Acciona es consciente, desde el principio, de que difícilmente podría alcanzar una posición de control de forma individual sobre Endesa. El hecho es que, desde que entró en la eléctrica, Acciona ha pasado de mantener un endeudamiento cercano al 40 %, con anterioridad a la compra, a llegar a acercarse al 200%, lo que ha presionado al máximo la capacidad de financiación de porcentajes adicionales de adquisición de endesas por encima del que actualmente mantiene. La deuda financiera de Acciona a finales del primer trimestre de 2007 era de unos 9.906 millones de euros, lo que sitúa su ratio de endeudamiento en el 183% de los fondos propios.
Inversión rentable
Aún así, la inversión en Endesa ya le reporta beneficios a Acciona. Según los resultados comunicados por Acciona en el primer trimestre de 2007, el incremento en el endeudamiento por la participación del 21% en Endesa ha supuesto un impacto positivo en el beneficio antes de impuestos de 56 millones de euros, resultado de descontar a los dividendos percibidos los gastos asociados a la adquisición de la participación.
El hecho de que Acciona se encuentre cerca de su capacidad máxima de endeudamiento ha provocado que la constructora haya tenido que ceder, en la opa diseñada, el papel de principal adquirente a Enel ante la falta de «músculo financiero» para poder plantearla de igual a igual, de forma que el resultado final permitiera a ambas empresas disponer de una participación «simétrica» en el accionariado final de Endesa. En cualquier caso, Enel ha cedido a Acciona el liderazgo, ofreciéndole la presidencia de Endesa como vía para «allanar» el terreno a la operación.
Con este panorama, la solución a largo plazo del culebrón en Endesa sólo puede tener una vía de escape: el reparto de Endesa. Como inicio de este reparto, el ulterior acuerdo entre Acciona-Enel y la alemana Eon contempla que, una vez que Acciona y Enel se hagan con el control de Endesa, venderán a Eon los activos de Endesa en Europa. Ésa podría ser la «punta del iceberg» que acabe con el desmembramiento final.
En todo caso, las perspectivas que ofrece el acuerdo Acciona-Enel apuntan en el mismo sentido, pues el acuerdo actual entre ambas será difícil de mantener. Los conflictos de intereses entre empresas -así lo demuestra la innumerable historia de fracasos de alianzas empresariales- son difíciles, por no decir imposibles, de evitar, ya sea por distintas visiones del negocio o simplemente por el «hecho diferencial» de que Enel es una empresa que tiene como máximo accionista al gobierno de su país. Los síntomas evidentes del desmembramiento de Endesa tienen difícil prevención, aunque no imposible cura. Aunque ahora en segundo plano, se debe recordar que Caja Madrid (9,9 %) y la SEPI (2,9 %) mantienen aún participaciones relevantes en Endesa que pueden, como ha sido desde antes incluso de que apareciera Acciona, ser «piezas claves» que constituyan una autentica solución nacional.