La complicada posición de Acciona

Las alternativas en la opa se suceden. La creación de un núcleo duro en torno a alguno de los actores implicados en la batalla eléctrica por Endesa se complica día a día y no parece haber una solución clara, por mucho que algunos vieran en la entrada de Enel la «solución española» tan esperada.
La entrada de Enel ha contribuido, aunque parezca un contrasentido, a complicar la situación y dificultar el complicado «encaje de bolillos» consistente en formar un grupo con una participación suficiente como para hacerse con el control de Endesa.
En un primer momento Eon se sintió acorralada ante la entrada de Enel. La «operación Ibiza» causó estupor en la sede de la alemana en Dusseldorf. Sin embargo, con el paso de los días, la alemana ha visto como su estrategia de desgaste, de paso lento pero firme puede dar sus resultados. La situación se torna complicada. Las combinaciones posibles y con ellas los escenarios a conformar se multiplican.
El rival más debil
Una cadena dicen, se rompe por el eslabón más débil. En la situación actual ese eslabón está reservado para Acciona. En un primer momento la entrada de Enel suponía un apoyo en su estrategia de control por la eléctrica española. Sin embargo, el porcentaje del que ya dispone la italiana, un 24,97 %, por encima del 21,3 % de la constructora hace suponer que, de lugarteniente de Acciona, Enel ha pasado a liderar su propia solución.
Acciona se mantiene a la expectativa y cada vez ve más lejos su propósito inicial de desempeñar un papel relevante en la gestión de Endesa. El principal problema surge cuando, en este complicado enredo de la opa a Endesa, los posibles pactos con otros actores en conflicto están supeditados a factores que van más allá de lo empresarial y se adentran peligrosamente en lo político. Mientras, se multiplican los rumores en torno a cuál será el verdadero grupo sobre el que se vertebrara el control de Endesa. Algunos piensan que podría incluso fraguarse un ulterior pacto Berlín-Roma que dejaría en evidencia y en papel mojado la conocida como «operación Ibiza» y la tan denostada «solución nacional».
La difícil posición de Acciona
La constructora se encuentra ante el difícil dilema que le plantea el sentirse el rival más débil de toda esta partida. Desde hace tiempo Acciona mantiene una posición cercana al 21 % en Endesa, sin haber declarado incrementos en su participación. Esta situación podría evidenciar que le está costando encontrar quién le financie la compra de porcentajes adicionales de participación en la eléctrica, o bien que podría estar planteándose la retirada.
La primera hipótesis podría considerarse plausible puesto que el alto endeudamiento de Acciona y el elevado precio que han alcanzado las endesas provocan que ésta sea una operación difícil de plantear a las entidades financieras, mas aún cuando se habla de utilizar como garantía real de un préstamo las acciones de una compañía, Endesa, que cotiza ya todas las primas habidas y por haber en su precio. Sobre todo porque, una vez que finalice la opa de la alemana, el día 29 de marzo, y en función del reparto accionarial existente -incluso con independencia de él- la acción podría «desplomarse».
Respecto a la retirada, y a estas alturas, el escenario que mas teme la familia Entrecanales, accionista mayoritario de Acciona, es el de una Endesa con un grupo de control no afín a sus interés, no ya tanto por el desplome de la acción – una acción prácticamente ilíquida después de la opa – sino porque este grupo de control decida variar la política de dividendos que tiene Endesa y con la cual Acciona pretende ir reembolsando el préstamo que en su día alcanzó para la financiación de su porcentaje de participación en Endesa por importe de unos 8.191 millones de euros.
Acciona no tiene músculo financiero suficiente para soportar como «comparsa» en el accionariado de la eléctrica si el resto de los socios deciden «cerrar el grifo» de los dividendos. Dicha posibilidad podría estar abriendo un crudo debate en el seno de la constructora debido a que algunos de los miembros pertenecientes a la familia Entrecanales optarían por vender su participación en la opa y retirarse con unas importantes plusvalías.
La actuación de un gobierno indeciso que actúa de forma inconexa y cambiante, mantiene a una Acciona constantemente a la expectativa.
Toda esta incertidumbre estaría volviendo dar fuerza a la posición de Eon, que cada día que pasa vería acrecentadas las posibilidades de conseguir finalmente una importante parte del pastel accionarial.
La ambigua posición de Caja Madrid
Aun así, mucho tienen que decir el resto de actores. La posición ambigua de Caja Madrid dificulta hacerse una composición de lugar sobre el escenario final de la opa. Principalmente porque, mientras sigan vigentes las restricciones de voto superiores al 10% del capital tras la suspensión de la Junta Extraordinaria convocada para el 20 de marzo, la influencia de la caja madrileña es igual a la del resto de actores principales, llámense Eon, Enel o Acciona.
Conexión Berlín-Roma
Por último, el ahora temido pacto Berlín-Roma mantiene aún muchas sombras desde una perspectiva empresarial, que no política.
Desde un punto de vista únicamente empresarial, Enel está abocada a entenderse con Acciona. La italiana, que ha tomado el papel de líder en la cruzada antialemana, no tiene previsto lanzar una opa sobre Endesa, por lo que en el mejor de los casos –tras el cambio en la ley de opas- ésta alcanzaría un 30 % de la eléctrica española. Con este porcentaje, Enel necesita el apoyo de la constructora y sobre y ante todo que Acciona no venda su porcentaje de participación a Eon. La retirada de Acciona es prácticamente el único escenario factible en el que la alemana podría llegar a alcanzar mas de un 50 % del capital, y esto dejaría fuera de combate a la italiana.
Desde el punto de vista político aún puede pasar de todo, ateniéndonos a los antecedentes de esta batalla.