¿Los consejeros de la CNE se siguen pensando la retroactividad en las renovables?

Según las informaciones de la semana pasada, ayer el Consejo de la Comisión Nacional de la Energía, debía proceder a la votación sobre la propuesta que el Ministerio de Industria había tramitado a este Organismo respecto a la reforma del régimen regulatorio de las renovables, el ya famoso decreto que sustituirá al R.D. 436/2004. En concreto, ayer se debía votar directamente la consideración de la retroactividad de este decreto, es decir, la aplicación de condiciones retributivas diferentes, surgidas de nueva propuesta regulatoria, a instalaciones en funcionamiento o en proceso de puesta en marcha.
Según ha podido trascender del Consejo, ayer no se produjo la votación de la modificación de este Real Decreto, tal y como estaba prevista inicialmente, trasladándose a esta mañana el resultado de esta deliberación. Igualmente, conocíamos el posicionamiento contrario de la mayoría de los consejeros a que del resultado de esta reforma regulatoria hubiese retroactividad para las instalaciones y los agentes que operan en el mercado, con consecuencias en materia de inestabilidad regulatoria e inseguridad jurídica sin precedentes. ¿Podemos entender que esta demora adicional (dentro de tantas demoras) es un mecanismo para aumentar el ‘tiempo de reflexión de los mismos y que cambien de opinión para que se posicionen a favor de la retroactividad?. ¿Podemos seguir alimentando esta incertidumbre, en términos de tiempo, parada de las inversiones y deterioro de la confianza de los agentes?.
Hay que reconocer que el R.D. 436/2004 ha sido una herramienta muy eficiente para potenciar el desarrollo de las energías renovables en España y que hoy, nuestro país sea una potencia mundial en la energía eólica, por ejemplo. Según todas las fuentes consultadas la modificación de este mecanismo reducirá los incentivos de los agentes para participar en la generación energética a través de tecnologías limpias. Evidentemente, es un hecho que no nos podemos permitir, por la pretensión de determinar, intervenir y regular, las retribuciones de cada agente.
Las decisiones sobre renovables y el medio ambiente son de largo plazo
Pero además, hay una razón de entorno y momento histórico trascendental. Esta semana el Presidente del Gobierno se reúne con Al Gore, acaban de producirse la Cumbre de París, que continuamente recibimos información sobre los efectos del cambio climático y el calentamiento global (España será y es ya uno de los países más afectados), existen declaraciones y propuestas de la Unión Europea casi diarias para aumentar la generación a través de energías renovables. Nuestro país debe responder y atender todo este escenario con una perspectiva de largo plazo, teniendo claro que es una decisión que tiene consecuencias futuras muy importantes para los agentes económicos y para la sociedad.
Por eso, no es razonable alargar la incertidumbre del mercado, de agentes e inversores, una vez más. Y provocar un posible efecto ‘Penélope’ para que cambie el sentido y la orientación de los consejeros, aunque no haya sido éste el sentido de esta última dilación en el cambio en el orden del día de los mismos.
Es preciso que este órgano decida (ya) con el mayor número de razones más que buscando el mayor número de votos (aunque deba estar relacionado por razones de lógica demorática). Es una cuestión en que los intereses de los agentes privados se alinean con el bien público y no hay que dejarlo pasar. Es una prueba que debemos superar para ganar credibilidad y perspectiva de nuestras necesidades energéticas y medioambientales. Es el momento.