Dimite Jorge Vasconcelos, presidente del Ente regulador luso de la energía.

El presidente de la Entidad Reguladora de los Servicios Energéticos (ERSE), Jorge Vasconcelos, renunció esta semana a su cargo, acusando al Gobierno socialista de acabar con la independencia de la regulación en el sector eléctrico. Vasconcelos criticó el límite administrativo del incremento del 6 por ciento de las tarifas domésticas impuesto por el Gobierno, después de que la ERSE había presentado su propuesta para 2007.
«Esta intervención significa, desde mi punto de vista, el fin de la regulación independiente del sector eléctrico portugués», afirmó Vasconcelos. Por su parte, el Gobierno portugués decidió limitar el aumento de la tarifa de electricidad a los consumidores domésticos al 6 por ciento el próximo año, pese a que la entidad reguladora había propuesto un incremento del 15,7 por ciento, en virtud del «interés nacional» y dijo que un incremento como el propuesto por la ERSE podría «comprometer» la recuperación económica. Además, el Gobierno Portugues decidió ampliar el periodo de amortización del déficit tarifario, en lugar de 3 años propuestos por la ERSE, a 10.
Comparación con España
Son muchas las lecturas que podríamos sacar en el caso español, en el que hay grandes similitudes y grandes diferencias. En nuestro país, el incremento previsto de las tarifas será el del IPC (alrededor del 2,8%, menos que en Portugal) y sería necesario que estuviese por encima del 20%. El déficit tarifario se amortiza en catorce años y supone una parte ya muy importante de la tarifa. Aquí, la Presidenta de la Comisión Nacional de la Energía, aún no ha dicho nada al respecto de las tarifas. Todo se resolvió políticamente por la Vicepresidente Teresa Fernández de la Vega y todos los presuntos responsables del equipo económico han callado desde ese momento.
Y, en la ceremonia de la confusión, se ha escamoteado la razón final de esta subida, que no es precisamente la necesidad de recuperación de nuestra economía (crecemos muy por encima del 3,5% y de Portugal), sino que estamos en tiempos políticos de debilidad y próximos a las elecciones.
¿Nadie dimite aquí?. Al menos en Portugal, cada uno ha estado en su papel de forma transparente.