La coyuntura de los precios de petróleo cambia a la baja
Los precios del petróleo cayeron esta semana de forma pronunciada, perdieron cerca de 10 dólares y quedaron al nivel más bajo desde principios de mayo, ante el fortalecimiento del dólar y signos que revelan un freno de la demanda de crudo.
El descenso más marcado, del 8,7 por ciento, lo registró el barril del crudo Brent, la referencia para Europa, que terminó este viernes pasado a 113,33 dólares en el Intercontinental Exchange Futures (ICE) de Londres, donde el viernes anterior había quedado a 124,18 dólares.
En la Bolsa Mercantil de Nueva York (NYMEX), el crudo de Texas (WTI, referente en Estados Unidos) concluyó la semana a 115,20 dólares por barril, con una caída de 9,9 dólares -un 7,9 por ciento- frente al valor del cierre de la semana precedente.
Todo apunta, según los observadores, a que en el mercado se ha instalado la convicción de que cotizaciones como las habidas en julio, de más de 140 dólares por barril, son insostenibles si a la clara retracción de la demanda petrolera en EEUU, se suma también un freno en el consumo de Europa y China.
En un análisis del mercado, la asesora especializada JBC Energy, con sede en Viena, destacó datos como los de la empresa Mastercard Advisors, según los cuales en la última semana de julio los automovilistas estadounidenses gastaron un 3,4 por ciento menos de gasolina que en el mismo periodo del año pasado.
El aumento del nivel de los inventarios de crudo en EEUU, en 4,4 millones de barriles, cuando los analistas esperaban un descenso, se debió sobre todo a una reducción de las importaciones de «oro negro», según JBC, y contribuyó asimismo a fortalecer la impresión de una retracción en la demanda.
Por otro lado, al descenso de los precios ha contribuido la decisión de la Reserva Federal estadounidense de mantener los tipos de interés en el 2 por ciento, lo que favoreció que el dólar recuperase vigor ante el euro y otras divisas.
La apreciación del billete verde encarece las compras del crudo y otras materias primas en los mercados de futuros, y favorece por eso la venta de contratos por parte de los especuladores.
Esta situación se afianzó con la política del Banco Central Europeo (BCE), cuyo presidente, Jean-Claude Trichet, vaticinó el jueves que el crecimiento económico en la zona del euro será especialmente débil en el segundo y tercer trimestres del año.
Estas declaraciones impulsaron aún más la revalorización del dólar frente al euro, y la moneda europea cayó ayer hasta los 1,50 dólares, el nivel más bajo desde febrero pasado, después de que en julio el euro batiera un récord de más de 1,60 dólares.
A esta situación, según los expertos de JBC, se añaden temores de que la demanda petrolera en China pueda ralentizarse tras finalizar los Juegos Olímpicos inaugurados hoy.
Tras rebajar los subsidios a los combustibles, el gigante asiático, segundo consumidor mundial de «oro negro» tras la primera potencia mundial, demostró que puede limitar drásticamente el gasto energético del país si lo considera apropiado.
Aunque las disposiciones que redujeron prácticamente a la mitad la circulación de automóviles Pekín, y otras limitaciones que afectaron a las fábricas de la región, han tenido la finalidad de mejorar la calidad del aire para la celebración de las Olimpíadas, también han aportado un significante ahorro energético.
Así las cosas, el panorama que presiona a la baja sobre las cotizaciones del crudo se ha impuesto esta semana sobre los factores alcistas, que en el pasado impulsaron la escalada de los precios y persisten aún, entre ellos las tensiones en torno al programa nuclear de Irán o los atentados en Nigeria.
Tampoco el ataque del martes al oleoducto Bakú-Tbilisi-Ceyhan (BTC), en la provincia turca de Erzincan, que provocó un incendio y el corte de los suministros, impidió esta vez el fuerte abaratamiento del petróleo.


