Wind PowerExpo 2009, el sector eólico español: empieza una nueva época
Un cierto sabor amargo o mejor dicho de inquietud e intranquilidad se respiraba en la feria Wind PowerExpo 2009, un moderado ambiente expectante que trasciende el necesario oropel de las ferias y los eventos, sus programaciones y jornadas técnicas, de indudable interés y actualidad. Una especie de murmullo que se difunde en los distintos momentos y puntos de encuentro entre los responsables del sector, desde la perspectiva lejana y hierática de la Administración, que ayer anunció convenientemente que empezaban a desbloquearse los proyectos. El hecho de que empiecen a escaparse noticias sobre esta situación parece que ha surtido efecto en un momento especialmente mediático con estas decisiones.
Es la primera vez que el sector eólico se enfrenta a un escenario, a un ‘frame’ tan complejo como el actual de cara al bloqueo que sufre el sector. El sector eólico ha sido por méritos propios “la niña bonita” de las renovables en España. Por muchos motivos. En primer lugar, porque la propia crisis económica y de demanda energética ha llevado a que este momento se realice bajo un escenario contractivo (de hecho, la economía española ha estado creciendo catorce años consecutivos hasta que comenzaron a torcerse las cosas).
Al mismo tiempo, también es la primera vez que estos procesos negociadores se inician en un momento en que se produce una sustitución de piezas teóricamente clave dentro del equipo energético del Ministerio de Industria, en este caso, del Director General de Energía, recién incorporado.
Y todo ese tiempo ha estado presidido por una expansión del sector eólico digna de admiración como vector de las energías renovables en nuestro país, de forma que, junto con Alemania, hemos podido presentar el desarrollo más importante de esta tecnología en Europa. (Tenemos que preguntarnos la razón de que los movimientos en nuestro país sean tan maniqueos: de apostar directamente por una tecnología, incluso figurando en los discursos programáticos, a que la actuación regulatoria genere incertidumbre, como una termita que todo lo devora en el ámbito económico).
Por ello, en 2009 hemos vivido uno de esos momentos de la verdad para el sector renovable en general y para el sector eólico en particular. Y eso es lo que configura este ‘frame’. La puesta en funcionamiento del Real Decreto 6/2009 ha modificado el calendario de cierre de la aplicación del R.D. 661/2007 provocando por varios motivos (efecto burbuja de proyectos y gestión de las inscripciones demoradas en el Registro de Preasignación) un frenazo general al sector como industria. En paralelo, los atisbos de comienzo de negociación con Industria parece que se demoran, lo que añade un escenario de distintos esquemas retributivos conviviendo y de falta de perspectivas futuras. En este sentido, también en estos momentos y en términos sectoriales, se está “pagando” el débil funcionamiento de los reguladores, como la Comisión Nacional de Energía. A todo esto se une la revuelta autonomista: concurso y amenaza de nuevos tributos que no están en los modelos retributivos y que forman parte de una peculiar “fiscalidad verde o antiverde”, en el marco de la subida de la presión fiscal dosificada prevista a distintos niveles.
A esta situación de incertidumbre hay que unir los problemas de financiación de los proyectos que son de sobra conocidos y generales en un momento de falta de confianza en los mercados de crédito. Mientras las percepciones de éxito sin mácula que se difundían empiezan a tener claroscuros. De hecho, ya empiezan a esgrimirse razones de tipo industrial y de empleo, sobre las consecuencias de esta parada. En esto, se evidencia que se trata de un sector maduro.
El sector eólico como sector industrial, en términos de fabricación y ensamblaje, como de promoción de parques. El sector eólico como parte del sector de generación eléctrica. Dos realidades cercanas pero con escenarios diferentes. Uno, impelido por el parón regulatorio, y el otro, acuciado por la caída de la demanda eléctrica y las tentaciones intervencionistas regulatorias acechantes. Está claro que el sector eólico dará mucho que hablar en este otoño, en que la percepción general del sector es semejante a la de la economía.
Empieza una nueva época a la que dedicaremos especial atención en los próximos días y en este otoño.


