En espera de novedades

Ayer el Ministerio de Industria hizo pública su propuesta de subida de tarifas eléctricas para el primer trimestre del año. Una subida que rondaría el 3,5 %, paso previo. En paralelo, trascendió desde distintos medios de comunicación que las conversaciones con las empresas eléctricas para resolver el problema del déficit tarifario iban por buen camino. En todo caso, como ya era conocido, Industria reiteró que cualquier subida tarifaria se aprobaría, condicionada a este acuerdo (dentro de lo que se ha podido conocer de las propias fuentes sectoriales se califica que el clima de negociación es bueno). También Industria señalaba cómo las primas a las energías renovables podrían ir finalmente a los Presupuestos Generales del Estado para aligerar la tarifa eléctrica.
Es por tanto un paso nuevo, y que cabría calificar como previsible en la sucesión de hechos que están produciéndose en el proceso de liberalización, resolución del déficit tarifario y puesta al día de las tarifas eléctricas. Proceso que, por una parte, se ha visto perjudicado por la coyuntura económica actual, que ha evitado la promulgación de medidas impopulares como sería la subida de los precios de la electricidad (no así en otros tipos de energía, también masivamente utilizadas por los ciudadanos). La electricidad es el último parapeto de la intervención de la política en los precios, lo que ha configurado que sea difícil de desmontar.
En estos momentos, el acuerdo y la liberalización de las tarifas se puede beneficiar de las estimaciones de precio de la electricidad futuras, que recogen los efectos de la reducción de la demanda y de la evolución de los combustibles fósiles. Algo que puede ayudar en el corto plazo a sacar la tarifa eléctrica de la controversia política.
Ahora la Comisión Nacional de Energía tiene que realizar su informe no vinculante sobre esta subida que propone Industria. Tendremos que ver si esta vez, el organismo rema hacia culminar el modelo de liberalización responsable o se coloca nuevamente en el ojo del huracán. Lo que sí parece es que el informe referido a la liberalización y configuración de las tarifas y comercialización de último recurso en el mercado de la electricidad ha sido resuelto con mayor ortodoxia.
Al mismo tiempo, no paran de salir informes sobre el déficit tarifario y la tarifa eléctrica, que tratan de hacer reinterpretaciones del mercado en un ejercicio de pie quebrado sobre el proceso de liberalización y el modelo de mercado, incorporando las sofisticaciones regulatorias tendentes a la “eficiencia del mercado”, vinculándose a otras posiciones ideológicas en materia de costes y precios, entre otras intromisiones dogmáticas que salpimentan los medios de comunicación y los ámbitos especializados. En próximos días, haremos en nuestro medio un resumen de las principales tendencias y posiciones de estos informes, aunque razonablemente la senda que traza la legislación europea y las propuestas en materia de comercialización y tarifa de último recurso elaboradas por la CNE conforman un panorama para completar este proceso. Lo que queda es acción política, ejecutiva y regulatoria partiendo de ello.
Mientras tanto, seguimos en compás de espera, en espera de novedades y de soluciones.