La compra de Gas Natural sobre Unión Fenosa ¿a nivel europeo?

Como ya anticipábamos esta semana la Comisión Nacional de Energía tiene el primer plato fuerte del año en la operación de adquisición de Unión Fenosa por parte de Gas Natural. Una operación sobre la que se precipita ahora la amenaza de su revisión en el ámbito europeo. Según ha podido conocer Energía Diario, la italiana ENI podría acudir a la Comisión Europea, trasladando la operación en las instancias comunitarias.
Esta amenaza podría ser letal para la operación, puesto que la adquisición indirecta por parte de Gas Natural de la participación de Unión Fenosa Gas, que asciende al 50 % del capital de esta sociedad podría ser objeto de revisión si tuviera un tratamiento regulatorio como adquisición intracomunitaria. En este sentido, hay que tener en cuenta la propia actuación de la Unión Europea en las operaciones empresariales. Mientras que en las operaciones de otros sectores no energéticos, suelen tener una tramitación tranquila, en los sectores energéticos estas operaciones acaban en condiciones severas e incluso en prohibiciones. Uno de los casos paradigmáticos es el de la OPA de Gas Natural sobre Endesa, algo que seguramente tiene escamados al equipo de Gas Natural.
Unión Fenosa Gas tiene comprador natural
Como ya se hemos venido informando en este medio, la sociedad que mantiene la italiana ENI con Unión Fenosa al 50 %, mantiene unos pactos parasociales que son endiablados para el desarrollo de la operación. Los pactos implican que si se modifica la composición de esta sociedad, la otra tiene derecho de tanteo sobre la parte en venta y, en definitiva, puede adquirir la parte en venta, sobre la base de una valoración de bancos de negocios y un 20 % adicional.
En este sentido, parece que ENI esta haciendo valer sus posibilidades de adquisición con mucha firmeza en la operación. Así se desprende de las propias alegaciones que ha formulado a la Comisión Nacional de Energía y lo que se ha podido conocer por los medios de comunicación. Situación que puede incomodar ciertamente a Gas Natural que tendría que mejorar la oferta para hacerse con este 50 % y que sería estratégico para los intereses de la gasista. Todo ello, sin que las autoridades de competencia se hayan pronunciado hasta el momento, de forma que podrían ubicar las desinversiones a realizar de la operación en los activos gasistas y no en los eléctricos, lo que sería la opción más lógica. De hecho, la empresa resultante, contaría con una cuota muy alta en el mercado de aprovisionamiento y distribución. El paso a instancias europeas, desactivaría notablemente el papel de los órganos de regulación y competencia españoles.