¿Otro caso Taguas?
La salida del director de regulación de la Comisión Nacional de Energía (anunciada hace días en el diario Cinco Días) parece que no ha suscitado a primera vista ninguna polémica apreciable, pasando desapercibida a los ojos de la opinión pública.
Vayamos por partes. Quizá esto ha sido así, en primer lugar, porque el puesto que ocupa actualmente José Manuel Revuelta no tiene la repercusión mediática que tendría la cercanía a la Presidencia del Gobierno, caso de Taguas, responsable en aquel momento de la Oficina Económica del Presidente. En segundo lugar, porque el destino de Taguas, toda vez que ya se atisbaban los primeros problemas para el sector inmobiliario parece más llamativo que la empresa a la que volverá Revuelta, en este caso, Endesa. Un sector que en estos momentos no está en el ojo del huracán, y en todo caso, Endesa, ya lo estuvo en su momento, y que parece que ahora el movimiento va por otros barrios.
El caso es que tenemos que recordar que el sector eléctrico es un sector fuertemente regulado. De hecho del conjunto de actividades que desarrolla el sector eléctrico se denominan actividades reguladas al transporte y a la distribución. Es decir a lo que tiene relación con la utilización de redes para el transporte de la electricidad hasta el consumidor (en el caso de que no exista un comercializador de por medio, situación que actualmente no es muy frecuente).
Por otra parte, porque las otras actividades liberalizadas que son la generación de electricidad y la comercialización de electricidad, mantienen una macrorregulación que pende sobre el conjunto del sistema. La denominada tarifa regulada, herramienta que sirve en estos momentos para contener los precios de la electricidad y trasladarlos al futuro en forma de déficit tarifario. El hecho, es que nos situamos en un momento crucial en el cual deben desaparecer las tarifas reguladas y las denominadas tarifas de ultimo recurso no deben suponer una construcción falseada de las antiguas tarifas reguladas para seguir instrumentando lo que en realidad son unas tarifas políticas. Es en este momento y situación, en el que Revuelta llega a Endesa procedente de la Dirección de Regulación de la Comisión Nacional de Energía.
Pero no sólo eso, la regulación en el sector eléctrico afecta, en estos momentos, a las tomas de decisiones sobre operaciones corporativas (función 14 en cuestionamiento) o función 15 (relativa a la competencia). También en el funcionamiento de las subastas virtuales de capacidad o en las subastas de déficit tarifario, en la que además intervienen operadores financieros. Del mismo modo, la forma en que se articula el acceso, la retribución de las distintas tecnologías o incluso las renovables tienen que ver con la regulación de este sector.
Por ello, y solamente por ello, ya sería muy importante, el transvase de un directivo de esta importancia de la Comisión Nacional de Energía a una empresa regulada. Además, en ocasiones ha dado la impresión (y así se ha percibido en el sector) que en la etapa de Maite Costa, la Dirección de Regulación se ha interpuesto sobre la propia estructura del organismo en el análisis de cada una de las decisiones en las que la CNE tenía que tomar posición. ¿Qué quiere decirse? Que la Dirección de Regulación ha ido desplazando a las Direcciones Eléctrica, Petróleo y Gas en las decisiones más polémicas y relevantes para elaborar los informes desde esa plataforma. De hecho, a esto se ha añadido la sombra inevitable sobre la actividad de esta Dirección y su vinculación con las esferas políticas (y consecuentemente arrojando dudas sobre la independencia de la actuación del regulador). En concreto, la buena relación que mantienen el Director de Regulación y el anterior Secretario General de Energía, Ignasi Nieto, cuestión que es conocida, reconocida, pública y notoria.
En consecuencia, cabe señalarse que en este caso la vinculación entre regulación y actividades es mucho más directa e intensa, incluso que en el caso del propio Taguas, dónde las vinculaciones podrían ser más o menos ciertas, pero diluidas en su papel de “Consultor Económico”.
En este sentido, aquí no pasa esto, y por ello, cabe efectuar un llamamiento para que se examine la salida del futuro ex Director de Regulación de la CNE desde el punto de vista de las incompatibilidades desde la Oficina de Conflicto de Intereses del Ministerio de Administraciones Públicas, con la mayor atención y transparencia, en aras a dar las mayores garantías al sector y confianza en la actuación institucional. No puede pasar desapercibido un movimiento de estas características y sería especialmente ‘sano’ para la confianza en nuestras instituciones, un régimen de ortodoxia y de confianza.


