Los temores a un desabastecimiento siguen impulsando los precios del crudo
Los precios internacionales del petróleo parecen conocer sólo la senda alcista, al alcanzar el viernes nuevos máximos históricos ante los persistentes temores en el mercado a un desabastecimiento a medio y largo plazo.
Tanto el barril de referencia para Estados Unidos, el Petróleo Intermedio de Texas (WTI), como el referente para Europa, el Brent, superaron por primera vez lo 140 dólares y se acercaron al final de la semana incluso a los 143 dólares por barril (159 litros).
El WTI cerró finalmente a 140,21 dólares/barril, mientras que el Brent lo hizo a 140,31 dólares/barril, impulsado una vez más por la debilidad del dólar frente al euro y la incertidumbre sobre el futuro abastecimiento del mercado.
Durante la jornada del viernes, el WTI y el Brent llegaron a superar la marca de los 142,90 dólares/barril, aunque no tocaron los 143 dólares/barril.
Por su parte, el precio de la llamada «cesta OPEP», compuesto por 13 crudos distintos, alcanzó el jueves los 130,77 dólares/barril, menos de medio dólar por debajo del máximo histórico alcanzado unos días antes con 131,25 dólares/barril.
Aparte del abaratamiento de dólar, que sigue atrayendo a los inversores a las materias primas, incluyendo fondos de inversión y de pensiones, influye el temor a una falta de suministro por las tensiones geopolíticas en varios países productores.
El programa nuclear de Irán sigue siendo tema de conflicto en Oriente Medio, las huelgas y ataques contra la infraestructura petrolera en Nigeria no cesan y, últimamente, Libia ha amenazado con un boicot petrolero.
Los países consumidores dudan de la capacidad de las naciones productoras, sobre todo las organizadas en la OPEP, de satisfacer la demanda, que sigue creciendo por las necesidades energéticas de las grandes economías emergentes como China, India o Brasil.
Los 13 países de la OPEP, el cartel petrolero con sede en Viena, han recibido presiones para incrementar su producción, pero los miembros no tienen una posición común al respecto.
Mientras que Arabia Saudí, con diferencia el principal productor de la OPEP, se ha comprometido a aumentar el bombeo del «oro negro», Libia ha amenazado con recortar la producción si persisten las presiones de los países consumidores, porque considera que el mercado está bien abastecido.
También el presidente de la OPEP, el ministro de Petróleo argelino Jakib Jelil, planteó el jueves pasado un panorama inquietante para los intereses de los países consumidores al pronosticar que el precio del barril de crudo podría seguir subiendo en el verano, justamente la época de mayor consumo. «Preveo probablemente precios de 150 a 170 dólares durante este verano. Va tal vez a declinar un poco hacia finales de año», indicó Jelil, que insistió en que «no hay problema de oferta en el mercado petrolero. No hay demandas no satisfechas».
Por su parte, el vicepresidente de exploración y producción del grupo BP, David Peattie, consideró esta semana que los precios actuales son resultado de la ausencia de inversión durante la era de los bajos precios. Por tanto, las alzas no se deben a una insuficiencia de reservas petroleras, aseveró el responsable de BP, uno de los principales consorcios petrolíferos del mundo.
El euro se situó el viernes a 1,5780 dólares poco antes del cierre del mercado bursátil, ante el convencimiento de los inversores de que ha bajado la probabilidad que suban los tipos de interés en EEUU en el corto plazo.
El debilitamiento del dólar y los declives en los mercados bursátiles suelen llevar a muchos inversores a buscar refugio en las materias primas, donde consideran que pueden obtener más retornos con sus fondos.


