Una unidad de destino en lo universal

El expediente sancionador que sigue la Generalitat de Catalunya en relación con el apagón sufrido en Barcelona el 23 de julio del año pasado y que afectó a más de 350.000 usuarios de la Ciudad Condal, ha destapado una refriega en torno a sus responsabilidades, que no es en ningún caso de recibo, en primer lugar para las instituciones catalanas, para las instituciones de supervisión energética y para la credibilidad que un incidente de estas características debe aportar una vez que esté resuelto.
En este caso, Red Eléctrica de España, ha intentado seguir una táctica defensiva muy atosigante frente a los informes discrepantes, elaborados ya desde distintas instancias. Tanto la Comisión Nacional de Energía (que recibió cinco informes diferentes de distintos expertos y entidades) como el Colegio de Ingenieros de Cataluña han sido objeto de sus invectivas, bien a través de las declaraciones públicas no aceptando las conclusiones de los mismos o remitiendo a procesos judiciales. Todo ello, en el marco de una relación con las instituciones que se tacha de muy difícil desde las instancias consultadas.
De las objeciones de Red Eléctrica al informe se trasluce, en primer lugar, una conclusión, que más que conclusión es una identidad. Que la única ‘instancia’ habilitada en todo el país, según el operador de transporte y de sistema, para analizar incidentes en la red de transporte, sería la propia Red Eléctrica de España, hoy monopolio consagrado por las modificaciones introducidas a ultima hora en la reforma de la Ley del Sector Eléctrico por los catalanes Joan Clos e Ignasi Nieto. Es, en todo caso, la constatación de que un monopolio acepta difícilmente ser reconminado por expertos externos.
En segundo lugar, las preguntas que formula Red Eléctrica de España sobre el equipo profesional que elabora el informe por parte del Colegio de Ingenieros de Catalunya (a instancias de la Generalitat de Catalunya), tratan de trazar una línea de desprestigio basada en encontrar relaciones entre la distribuidora (FECSA Endesa) y los propios autores. Se trata de una teoría conspiratoria para dibujar fantasmas, en lugar de analizar con mayor frialdad las conclusiones del informe.
Cabe señalar en el mismo sentido, que de las propias preguntas y de la propia actuación de Red Eléctrica ante el mismo, se aprecia que no existe la independencia exigible a la “doble personalidad” de Red Eléctrica, como responsable de transporte y operador de sistema a la vez. Una independencia sólo presunta pero quebrantada. Claramente se aprecia como la diferencia entre los dos papeles es puramente teórica, no existe separación, murallas chinas, dígase como se quiera. Es más, el propio operador de sistema parece sometido al operador de transporte. El hecho es que esta situación es una fuente de conflicto y de distorsión en el comportamiento teórico que cada ente por separado tendría que desarrollar. Algo que se propaga hacia las instalaciones de generación y hacia la actividad de distribución.
En todo caso, hoy en el mundo de la comunicación se habla de que las empresas, las instituciones deben ser ‘friendly’, ‘cool’ agradables, familiares, cercanas. Tienen que tener buen trato con sus ‘stakeholders’ (grupos de interés, clientes, administración, proveedores, equipo humano, con los agentes institucionales, como colegios profesionales, etc…) ¿Y quiénes son los ‘stakeholders’ de Red Eléctrica, si no tiene clientes? Con una situación abierta en el terreno de la distribución de estas características, con enfrentamientos abiertos y públicos, con una capacidad de interlocución condicionada con las Administraciones territoriales a su planificación y procedimientos, sin relación con el mercado, con un comportamiento intratable como el que se ha dado al Colegio de Ingenieros y sin separar nítidamente (conforme a la independencia que se debe exigir en sus diferentes papeles, las funciones neutrales de transporte y de operación. Solo queda ejercer de monopolio a pelo e intentar influir o suplantar a los reguladores como ya se ha denunciado públicamente desde otras instancias para garantizar un pensamiento ‘único’. Y luego recibir premios a la transparencia por la memoria anual.
Un monopolio es más. Es una una unidad de destino en lo universal.