Poco y caro
La subasta de déficit tarfario que hizo ayer la Comisión Nacional de Energía arrojó unos resultados desalentadores, cuya lectura más . De los 2.700 millones de euros que entraban en la subasta correspondiente al déficit tarifario 2007 y 2008, sólo se lograron colocar entre las entidades financieras, algo menos de la mitad. Y, ello, a un tipo de interés alto, con un diferencial de Euribor + 0,65. Hay que tener en cuenta que ese diferencial en términos de tipo de interés se pagará en la tarifa, en el período que dura la amortización de este ‘préstamo’ que es el déficit tarifario.
El mecanismo de la subasta es sencillo. Cada entidad ofertaba la cantidad que estaba dispuesto a financiar a un tipo de interés concreto. Se ordenarían las ofertas de financiación (millones /tipo de interés) y dónde se produjera el “punto de corte” (en términos de tipo de interés, lo que aquí sería el precio) por parte de la mesa de la subasta, se fijaba el tipo de interés resultante para todos hasta ese nivel (inclusive los que hubieran ofertado tipos inferiores. Es decir, el marginalismo puro de oliva en su esencia más clásica (algo que por cierto fue criticado por el organismo y por la propia Dirección de Regulación que participó en esta subasta, gracias al informe difundido en modalidad de acogimiento).
Lecturas y conclusiones de esta subasta. En primer lugar, quiere decirse que el organismo seguramente tenía ofertas para financiar este activo con diferenciales mayores de tipo de interés (con más costes), pero tuvo que cortar ahí. Consecuentemente, el problema se va encareciendo y las condiciones financieras derivadas de los aplazamientos políticos son cada vez peores.
La segunda lectura es que lo que se ‘colocó’ ha sido poco con respecto a lo previsto y caro (hasta el momento los diferenciales en tipos de interés eran de 20-30 puntos básicos para activos que deberían tener un respaldo público mayor, pero que no ha llegado. La tercera es la necesidad de la CNE de justificar estos precios, algo que hace en su nota de prensa, efectuando una comparativa que se unce a la situación de los mercados financieros, procurando no hacer muchas ligazones con dos cuestiones, la ausencia de respaldo público al activo y la prima de riesgo derivada de la inestabilidad regulatoria que ha trasladado este organismo a los mercados. Ultima lectura, es que esto si que es una tarifa (en términos de tipo de interés) de último recurso: urgidos por la cantidad de déficit que se acumula de forma galopante pendiente de resolver con las empresas, la CNE no podía esperar más por lo menos a dejar financiado (aunque con precios altos), el déficit de 2007.
Lo que es evidente es que no se ha logrado que algo que es tan social y tan público (para que el déficit público sea resultado de las decisiones políticas acumuladas de no trasladar el coste de la energía a la sociedad es que será social y público), obtenga respaldos financieros y garantías desde la Administración, que tenga menos coste en términos de capital regulatorio, más allá de la retórica de la hipóteca que fue como se empezó a difundir demagógicamente para conseguir unos resultados mejores que en la subasta de noviembre. La ultima lectura es que la capacidad y la integración del problema del déficit tarifario, con la política económica, entre las instituciones y órganos de la Administración, con los modelos de comportamiento de los mercados e instituciones financieras, han brillado por su ausencia.
Ya tenemos parte de la electricidad hipotecada.


